Para Bosko y Admira no habrá una segunda oportunidad. Se conocieron en el instituto donde estudiaban y lo que parecía una simple historia entre compañeros, se convirtió en un amor más fuerte que el miedo, las guerras o el odio. El único problema es que vivían en Sarajevo: él era serbio y ella musulmana. Solo querían estar juntos, cumplir sus fantasías, sus sueños como cualquiera pareja. Pero no los dejaron.
Bosko Brkic y Admira Ismic tenían veinticinco años y toda una vida por delante. Se conocieron cuando a los 17 años formaban parte del mismo grupo de amigos. Se gustaron y empezaron a salir juntas hasta enamorarse perdidamente. Con el tiempo la ilusión crecía, hacían proyectos en común y querían formar un futuro lleno de amor.

Pero estalló la guerra en la ex-Yugoslavia, donde vivían. Se dieron cuenta de que en Sarajevo no tenían oportunidad de vivir su amor en paz. Sus respectivas religiones, cristiana y musulmana, los separaban en dos frentes distintos. Los unos odiaban a los otros y ellos estaban en medio. Pero, ¿cómo se iban a odiar? Ellos se querían locamente y una absurda guerra no podía cambiar eso. Nada les hubiera hecho cambiar.
Por eso buscaron una salida. Una noche decidieron cruzar el río Mijacka para llegar hasta Bosnia y de allí huir a Belgrado para casarse. Era peligroso, pero a los dos les movía una fuerza tan grande, luchaban por algo tan hermoso, que los dos juntos crían poder vencer cualquier adversidad... Llegó el momento de la verdad, cruzas las líneas del frente para escapar de la ciudad. Se cogieron de las manos, se miraron y empezaron a correr. Seguro que era mucho el miedo que sentían, pero eran tantos los deseos de escapar de aquel horror que corrieron y corrieron sin mirar atrás.
Fue entonces cuando ocurrió. Un francotirador, amparado en la oscuridad, fulminó su amor con una ráfaga de disparos rápidos y certeros. Bosko cayó muerto y Admira solo puedo arrastrarse hasta su novio para abrazarlo y morir junto a él. Allí estaban los dos perdiendo la vida por lo que creían más importante del mundo: su amor, por encima de religiones, ideologías o cualquier otra historia. Era el año 1993 cuando Bosko y Admira murieron como quisieron haber vivido siempre: juntos. Actualmente, y por deseo de las dos familias, están enterrados uno al lado del otro en el cementerio de Lionen en Sarajevo. El amor no responde a las reglas del mundo, solo a las del corazón. Y Bosko y Admira fueron fieles a sus corazones hasta el final. Serán para siempre Romeo y Julieta de Sarajevo.
Bosko Brkic y Admira Ismic tenían veinticinco años y toda una vida por delante. Se conocieron cuando a los 17 años formaban parte del mismo grupo de amigos. Se gustaron y empezaron a salir juntas hasta enamorarse perdidamente. Con el tiempo la ilusión crecía, hacían proyectos en común y querían formar un futuro lleno de amor.

Pero estalló la guerra en la ex-Yugoslavia, donde vivían. Se dieron cuenta de que en Sarajevo no tenían oportunidad de vivir su amor en paz. Sus respectivas religiones, cristiana y musulmana, los separaban en dos frentes distintos. Los unos odiaban a los otros y ellos estaban en medio. Pero, ¿cómo se iban a odiar? Ellos se querían locamente y una absurda guerra no podía cambiar eso. Nada les hubiera hecho cambiar.
Por eso buscaron una salida. Una noche decidieron cruzar el río Mijacka para llegar hasta Bosnia y de allí huir a Belgrado para casarse. Era peligroso, pero a los dos les movía una fuerza tan grande, luchaban por algo tan hermoso, que los dos juntos crían poder vencer cualquier adversidad... Llegó el momento de la verdad, cruzas las líneas del frente para escapar de la ciudad. Se cogieron de las manos, se miraron y empezaron a correr. Seguro que era mucho el miedo que sentían, pero eran tantos los deseos de escapar de aquel horror que corrieron y corrieron sin mirar atrás.
Fue entonces cuando ocurrió. Un francotirador, amparado en la oscuridad, fulminó su amor con una ráfaga de disparos rápidos y certeros. Bosko cayó muerto y Admira solo puedo arrastrarse hasta su novio para abrazarlo y morir junto a él. Allí estaban los dos perdiendo la vida por lo que creían más importante del mundo: su amor, por encima de religiones, ideologías o cualquier otra historia. Era el año 1993 cuando Bosko y Admira murieron como quisieron haber vivido siempre: juntos. Actualmente, y por deseo de las dos familias, están enterrados uno al lado del otro en el cementerio de Lionen en Sarajevo. El amor no responde a las reglas del mundo, solo a las del corazón. Y Bosko y Admira fueron fieles a sus corazones hasta el final. Serán para siempre Romeo y Julieta de Sarajevo.
3 comentarios:
yo lloro con estas cosas.....que bonito....!!! y yo que pensaba que la historia mas bonita de amor era la de lucas y sara...desde luego, ni comparar a paco miranda con una guerra....precioso, niñas!!!
que historia más bonita y triste a la vez! por lo menos pudieron disfrutar de su amor, seguro que otros no tuvieron la misma suerte.
Por cierto mi 1º comentario para felicitaros por el blog, nos da la esperanza de la pareja que nos enamoró
Besos
Lydia
Hay historias de amor tan bonitas... vereis como las que vayamos poniendo también os hacen soñar.
No sabemos si tanto como la de Lucas y Sara pero al menos si un poquito.
Lydia, encantada de tenerte por aquí, esperamos verte pronto y conocerte más.
Y a ti Rayma, qué te vamos a decir que no sepas ya?? Mil gracias por pasarte, que eres un sol.
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