23 septiembre 2007

Ganas de fastidiar.

Ganas de fastidiar.

No puedo entender por que en el mundo hay gente empeñada en fastidiar a los demás.
Esas personas son como langostas, esos pequeños bichos que arrasan allá por donde van y terminan con todo lo vegetal que encuentran a su paso. Y son capaces de convertir grandes plantaciones en lugares desérticos y sin vida, para luego emigrar hacia otro lugar donde hacer el mismo daño o más.



A estas personas nos las encontramos en todos los ámbitos de nuestra vida. Son personas con unas vidas tan vacías y penosas que se entretienen en joder la de los demás. Si te las encuentras en algún sitio, ya sea físico o cibernético, se empeñan en ser las mejores en todo, en ser poseedoras de la verdad absoluta. Y además, todas son unas bocazas integrales. Tan difícil es intentar que en un sitio haya buen rollo. Tan difícil es creer que todas las opiniones son igual de valiosas y que ellas no son mas importantes que nadie. Por que a decir verdad este tipo de personas no son especialmente inteligentes ni perspicaces, por ello escalan puesto en los todos los sitios, con malas mañas, dimes y diretes y ordinarieces varias.

Y ya cuando en el mismo sitio caen varias de esta índole, entonces eso es como para cortarse las venas directamente. Se apoyan mutuamente las más increíbles barbaridades o estupideces. Se crean un círculo cerrado donde nadie mas cabe a pesar de querer otras integrarse. Y si esto llega a pasar, les graban a fuego una doctrina, que hay que repetir como un credo.

Ellas son las mas simpáticas y estupendas, o por lo menos eso creen. Pero nada más lejos de la realidad. Al final salvo las incautas que caen en sus redes, como un pobre insecto en la tela de una araña, todos terminamos huyéndoles como de la peste. Y terminamos deseando que no pase lo que pasa siempre. Que no destruyan el sitio que desgraciadamente compartes con ellas. No tener que pagar el precio de una plaga de langostas.

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