Sueños y silencios

Se despierta antes que ella y en silencio para no molestarla, la mira. Todavía no puede creer que la tenga entre sus brazos, aun, después de todo lo que han pasado meses atrás. Recuerda que llegó a pensar que nunca podría volver a tenerla tan cerca, y da gracias porque sus peores pesadillas no se hayan cumplido.Respira despacio y de forma acompasada sobre su pecho, y no puede evitar pensar que ella es la criatura más hermosa de la tierra. Piensa en las veces que tanto la echo de menos, las veces que soñó con este momento, y en lo que daría por que este no acabara nunca, jamás y durase para siempre.

L- Susurra bajito- Sara, Parece que va a llover…

Ella está durmiendo pero al oír las más hermosas palabras, las palabras que más ha deseado oír en toda su vida, despierta y se agarra a él con más fuerza si cabe. S- Yo también te quiero Lucas.Los dos se quedan acurrucados en silencio, disfrutando del contacto de sus cuerpos, disfrutando de la magia que encuentran en poder despertar abrazados y no tener que salir corriendo después a ninguna parte.

S- rompe el silencio- ¿Y tú cuando te diste cuenta?

L- ¿De que te quería o de que me querías?

S- De los dos.

L- Siempre

S- ¿De lo primero o de lo segundo?

L- De los dos

S- Veeeeennnga Lucas, en serio.....

L- Te estoy hablando en serio.

S- Lucas.......

L- ¿Qué?

S- Va...

L- Vamos a ver pequeña -dice él poniéndose interesante -te crees que solo tú has tenido sueños, o que solo tú has imaginado que no había nada imposible?

S- Siempre consigues sorprenderme. Esto no me lo esperaba ¿Acaso eres un soñador?

L- Ya no. Además, todavía hay muchas cosas de mí que no conoces....

S- ¿Y eso?

L- ¿Y eso qué?

S- ¿Y eso que significa, que has dejado de soñar?

L- Si

S-¿Y por qué?

L- Porque antes soñaba contigo, y ahora te tengo aquí y no sueño. Ahora planeo.

S- ¿Planeas? –sorprendida y encantada con el giro que ha dado la conversación- ¿El qué?

P- Pues cosas -pone su gesto de indiferencia que tanto ha ensayado para ocasiones como esa. Quiere hacerla creer que no le gustan estos momentos, pero ella lo conoce mejor que nadie y sabe, como lo sabe él, que sueña, o más bien planea esos instantes durante toda la semana, porque para él, sin duda, momentos como este hacen que la vida merezca la pena y además sea maravillosa. Desde hace tiempo, además, siente la necesidad de hablar con Sara de todo lo que le preocupa; no tiene porqué hacerse el duro con ella, no tiene que aparentar. Porque ella lo quiere, y lo que es más increíble para él, lo quiere tal y como es - ¿Sabes que preguntas mucho pequeñaja? No puedes saberlo todo de mí o dejaré de parecerte ese ser misterioso que tanto te gusta....

S- Venga señor misterioso, te juro que me haré la sorprendida...

L- Está bien. Pero solo te cuento un poquito. Siempre te he querido

S- Mentiroso

L- Es verdad

S- Mentira. Pero si no sabías que existía

L- ¿Qué no sabía que existías? ¿Pero qué dices? Si tú supieras todas las que me has hecho pasar... como para no saber que existías.

S- ¿Qué yo te hecho pasar qué, listo?

L- Me espantabas todas las novias Sara.

S- ¿Yo?

L- Joder, no recuerdo su nombre, pero a una la dijiste que yo había estado casado varias veces ya y que tenia no sé cuantos hijos, la acojonaste claro. Y a otra que el día anterior había traído a otra casa y que solía hacerlo a menudo con todas mis conquistas, que tú podías asegurarle que eran muchas... esa ni llegó a sentarse a la mesa para comer. Pero lo peor fue lo de tu tía...

S- ¿Que la dije?

L- No me puedo creer que no te acuerdes...

S- No

L- La que montaste fue chica. No debías tener más de 7 años cuando Silvia me dijo un día delante de ti que algún día podríamos ir a tomar algo nosotros dos solos. Y tú te levantaste, te pusiste entre los dos y dijiste "Lucas no va a ir a ningún sitio contigo porque tiene una cita conmigo para ir al parque"

S- Jajaja, ¿de verdad dije eso?

L- No se me olvidará jamás. Entonces Silvia dijo muy cabreada que eras una niñata, que dejases de molestar y que yo contigo no iba a ningún sitio porque me iba a aburrir mucho ¿y sabes lo que hiciste?

S- ¿Qué?

L- La agarraste de los pelos gritando que yo solo era tuyo. Una semana castigada y yo por defenderte, dos semanas sin permiso para acercarme a Silvia.

S- Recuerdo aquel castigo, pero no sabía que hubiera sido por eso. Jejeje. Qué bueno. Desde pequeña ya te tenía fichado.

L- Desde pequeña ya me descolocabas toda la vida.

S- Anda, no te quejes tanto, que al final te casaste con ella.

L- Bueno, hasta eso quisiste evitar. Los días anteriores a la boda no dejabas de decirle a Silvia que lo pensase y a mí no dejabas de decirme que seguro que había alguna mujer que me quería más que ella. Que tú podías casarte conmigo cuando terminaras el colegio. Un poco más y se lo piensa.

S- Mira, hasta te hubiera hecho un favor

L- Pues si, pero a ti te iba más descolocarme la vida que arreglármela.

S- Anda exagerado... No debía ser para tanto.

L- Para tanto y para más

S- ¿Y por qué me aguantabas si tanto te molestaba?

L- Porque cuando no había ninguna mujer por medio para sacarte de tus casillas nos lo pasábamos muy bien juntos.

S- ¿Ah, si? ¿Y que hacíamos?

L- Pues siempre que tenía un hueco libre te iba a buscar al colegio y te llevaba al parque, o al centro comercial, o al pantano, o a donde fuese.

S- ¿Al pantano? El pantano donde tu padre....

L- Si. Desde aquel día dejé de llevarte allí y te empecé a llevar al descampado. Siempre que estaba contigo todo lo demás no tenía importancia, desaparecía. Llegabas tú con tu sonrisa para hacerme la vida más fácil. Siempre has estado ahí cuando te he necesitado. Cuando murió mi padre…. la primera vez. Cuando sabía que había cometido el error más grande de mi vida al casarme con Silvia. Cuando me sentía solo.

S- Eso de llevarme al descampado pensaba que era más reciente.

L- Noooo. Siempre hemos ido. Nos encantaba ver Madrid desde allí arriba mientras tú me contabas tus cosas. Y ya desde pequeña siempre me decías que acabaríamos juntos y que algún día llegaría a quererte.

S- Y yo nunca me equivoco.... ¿y tú que me decías? No le romperías el corazón a una pobre niña, ¿no?

L- A veces te decía que no podía ser y otras veces simplemente callaba y solo pensaba en que sería bonito encontrar a alguien como tú que tuviera mi edad, o que tú tuvieras unos cuantos años más. Soñaba que algún día me podría sentir tan bien con una mujer como me sentía contigo. Soñaba que no había nada imposible.

S- Entonces Lucas…. Tú sentías algo por mí desde hace…. Mucho tiempo.

L-No sé en que momento pasaste de ser mi sobrina para convertirte en el amor de mi vida haciéndome enamorarme de ti como un loco, pero si te puedo decir que siempre, siempre, has sido la persona más importante de mi mundo. Y la única persona que nunca, jamás, me ha abandonado. Y espero que eso siga siendo así…

S- Lucas yo jamás podría abandonarte, otra vez me refiero. La primera y única vez, sufrimos demasiado. Fuimos demasiado cobardes. Y solo sirvió para demostrarnos a nosotros mismos que para ser felices tenemos que estar juntos.

L- Lo sé Sara, lo sé. Ahora ya sabemos que por mucho que hagamos, siempre hemos estado unidos y siempre lo seguiremos estando.

S- ¿Hasta que la muerte nos separe?

L- Sara!!! ¿Me estás pidiendo que me case contigo? –dice Lucas bromeando.

S- ¿Quéeeeeeeee!!? Noooooo. Te estoy diciendo que voy a seguir a tu lado toda mi vida. Para que me case contigo, tendrás que convencerme de otra forma.

L- ¿Ah, si? ¿Y de que forma si puede saberse?

S- ¿No me puedo creer que no se te ocurra ninguna Subinspector Fernández? Ya te estás haciendo mayor –le dice mientras se acopla perfectamente encima del cuerpo de Lucas y va besando cada poro de su piel.

L- ¿Qué me estoy haciendo mayor? Ahora verás –la toma en sus brazos y la tumba de nuevo en la cama, mientras besa, sediento, su boca- te voy a demostrar que hoy me siento más niño que nunca.