
Abre la puerta de la cocina esperando encontrarla allí pero ha debido salir ya para el bar. Grita para descubrir si hay alguien más en casa, pero a pesar de que nadie contesta tiene que haber alguien porque la puerta estaba abierta. Se dirige hacia las habitaciones para seguir buscando.
Y allí, tumbada en su cama se encuentra con ella. La mira desconcertada y piensa en lo rápido que se ha hecho mayor. Mira su cara, su expresión y se sorprende aún más al comprobar que su sobrina sigue sin mirarla. Su semblante es serio, incluso triste.
Tras un par de minutos repara en que ya no está sola en la habitación y se incorpora sobre su cama para saludar a la visita.
S- Hola tita
SI- Hola pequeñaja… ¿cómo estás?
S- ¿Bien y tú? Mi madre ya se ha bajado el bar –habla sin prestar atención, ni siquiera mira directamente a su tía. No le apetece mantener una conversación con nadie, solo quiere volver a estar sola y zambullirse de nuevo en sus pensamientos.
Si- Sara, ¿estás bien? ¿Te pasa algo?
S- No, no me pasa nada. Es que estaba aquí en la habitación descansando…
Si- Está bien Sara –se levanta y se dirige a la puerta, no quiere insistir más. Hace tiempo que su sobrina está encerrada en sí misma y no quiere hablar con nadie. Quisiera poder ayudarla, pero no puede si ella no se deja- Pero que sepas que esa cara tan triste lleva demasiado tiempo ocupando tu cara Sara, y que eres muy joven para pasarte los días en tu habitación compadeciéndote.
Sara la mira ahora directamente y se intenta animar a si misma para contarle a su tía lo que la preocupa y sacárselo de una vez de dentro. Pero no puede, no cree que nadie pueda entenderla. Silvia sabe que no va a conseguir nada, que su sobrina un día más no está dispuesta a hablar así que vuelve a darse la vuelta antes de decir:
Si- ¿Sabes?, esa misma cara de desesperación que tienes ahora, la veo todos los días deambulando por los pasillos de la comisaría. Esos mismos ojos tristes y perdidos que no saben donde mirar. Y él tampoco quiere contar a nadie lo que le pasa –La cara de Sara cambia y sabe que ha tocado el botón indicado. Ahora necesita saber más, necesita saber como está él.
S- ¿Cómo está él Silvia?
SI- Mal Sara, como quieres que esté. Le veo todos los días en comisaría, perdido, como si no supiera por qué está ahí ni lo que tiene que hacer. Ha dejado hasta de discutir. Simplemente calla.
S- Ya –más que una palabra suelta un quejido de dolor. Lleva más de un mes que apenas le ve y no sabe que es lo que ahora puede estar pasando por su cabeza.
SI- Pero bueno, vosotros sabréis ya sois mayorcitos.
S- Tita, ¿me das un abrazo? –Su tía la abraza fuerte, como hace mucho tiempo no hacia, durante varios minutos mientras ordena en su cabeza las palabras adecuadas que expresen lo que quiere decir –Tita, yo le quiero.
Si- Vaya novedad Sara. Siempre le has querido, ¿no? ¿Y por que estás tan triste entonces?
S- Me regalo unos billetes a Madagascar y le rechacé. Seguí saliendo con Aitor. Vino un día a hablar conmigo para decirme que ya no iba a luchar más, que si yo era feliz sin él, él era feliz por mí. Y tita, me dolió tanto que me dijera eso. que viniera y me dijese que iba a dejar de luchar por mí fue el peor golpe. Y le dije de todo, de todo. Muchas cosas que no sentía, cosas que sabía que le iban a doler, y ahora lo he perdido para siempre.
SI- ¿Y por qué hiciste eso Sara?
S- Por miedo –vuelve a sentarse en la cama y con un gesto le pide a su tía que se siente con ella. siente que ha llegado el momento de sincerarse con alguien para no volverse loca de dolor. –Me hizo tanto daño cuando estuvimos separados que tenía miedo que volviera a pasar…
SI- Sabes que Lucas jamás te haría daño… a no ser, que como entonces, piense que es lo mejor para ti.
S- ¿Pero por qué tuvo que decidir por mí?
SI- Él no decidió por ti, los demás fuimos los que decidimos por vosotros ¿Te puedo contar una cosa?
S- Claro…
SI- Yo siempre he estado enamorada de Lucas, Sara. Desde que le conocí le quiero. Le he amado siempre y aún sabiendo que él jamás me ha querido igual yo he seguido insistiendo, con la ilusa ilusión de que el, un día cambiase. Tú crees que eres la única que le ha amado, y estas equivocada. Cuando me enteré que estabais juntos casi me vuelvo loca, porque tú has conseguido algo que yo siempre intenté y jamás conseguí: su amor. Lucas no ha sido capaz de querer a ninguna mujer en su vida salvo a ti y por eso, el reconocerme a mi misma que había vivido una farsa durante tanto tiempo me fue muy difícil; Sara, el día que te dije que Lucas ya no estaba interesado en ti y que había encontrado a otra mujer, mentí
S- ¿Qué? –no lo puede creer. Recuerda aquella escena y todo el dolor que sintió en ese momento y no puede creer que su tita le hiciera tanto daño aposta.
SI- Lo siento Sara, no sé que me pasó. A ti te dije que él ya no sentía nada por ti, y a él le eché en cara que estuviese contigo haciendo daño a todo el mundo. Creo que ese fue el detonante para que Lucas se portara así como lo hizo. No quería hacerte daño Sara, pero los celos me cegaron, yo le quería tanto … -está llorando y tiene miedo de perder a dos de las personas más importantes de su vida pero lleva mucho tiempo guardando en secreto esa mentira y no puede ocultarlo más.
S- No entiendo porqué todos os habéis empeñado en separarnos ¿No veíais cuanto nos queríamos? ¿No visteis el daño que nos estabais infringiendo?
SI- Nada justifica lo que hice Sara, nada. Solo quería que supieras que Lucas jamás te ha dejado de querer, y que si te trató así fue porque los demás le convencimos de que estando contigo solo se hacia daño el, a ti y a todos nosotros. Le hicimos ver que era algo malo, algo sucio y supongo que al final conseguimos que no se sintiera lo suficiente bueno para estar a tu lado. Pero él ha vuelto Sara, ha vuelto para luchar por ti porque te quiere como jamás podrá querer a nadie. No le eches la culpa a él, échanosla a los demás por impediros ser felices.
S- Ya… pero ahora él no querrá saber nada de mí...
SI- Seguro que tú sabes como solucionarlo –se levanta de la cama y deposita una suave caricia en la mano de Sara para darla fuerzas. Se acerca a la puerta dispuesta a marcharse cuando echa una última mirada a su sobrina.
S- Tita… vamos a olvidarlo. Yo también sería capaz de cualquier cosa por Lucas y sé como tú le querías. Y se que también has sufrido enamorada de Montoya –sonriendo se levanta y la abraza. La ha perdonado. Le ha dolido enterarse, no entiende sus razones pero quiere empezar de cero con todo el mundo –supongo que podemos olvidarlo.
SI- Gracias Sara. Aunque no sé si Lucas será tan comprensivo.
S- Él no tiene porqué enterarse. Será un secretito de tita y sobrina. A cambio… me tienes que ayudar a reconquistarle y hacer que mi padre lo acepte ¿Hay trato?
SI- Claro que hay trato mi niña…
Y allí, tumbada en su cama se encuentra con ella. La mira desconcertada y piensa en lo rápido que se ha hecho mayor. Mira su cara, su expresión y se sorprende aún más al comprobar que su sobrina sigue sin mirarla. Su semblante es serio, incluso triste.
Tras un par de minutos repara en que ya no está sola en la habitación y se incorpora sobre su cama para saludar a la visita.
S- Hola tita
SI- Hola pequeñaja… ¿cómo estás?
S- ¿Bien y tú? Mi madre ya se ha bajado el bar –habla sin prestar atención, ni siquiera mira directamente a su tía. No le apetece mantener una conversación con nadie, solo quiere volver a estar sola y zambullirse de nuevo en sus pensamientos.
Si- Sara, ¿estás bien? ¿Te pasa algo?
S- No, no me pasa nada. Es que estaba aquí en la habitación descansando…
Si- Está bien Sara –se levanta y se dirige a la puerta, no quiere insistir más. Hace tiempo que su sobrina está encerrada en sí misma y no quiere hablar con nadie. Quisiera poder ayudarla, pero no puede si ella no se deja- Pero que sepas que esa cara tan triste lleva demasiado tiempo ocupando tu cara Sara, y que eres muy joven para pasarte los días en tu habitación compadeciéndote.
Sara la mira ahora directamente y se intenta animar a si misma para contarle a su tía lo que la preocupa y sacárselo de una vez de dentro. Pero no puede, no cree que nadie pueda entenderla. Silvia sabe que no va a conseguir nada, que su sobrina un día más no está dispuesta a hablar así que vuelve a darse la vuelta antes de decir:
Si- ¿Sabes?, esa misma cara de desesperación que tienes ahora, la veo todos los días deambulando por los pasillos de la comisaría. Esos mismos ojos tristes y perdidos que no saben donde mirar. Y él tampoco quiere contar a nadie lo que le pasa –La cara de Sara cambia y sabe que ha tocado el botón indicado. Ahora necesita saber más, necesita saber como está él.
S- ¿Cómo está él Silvia?
SI- Mal Sara, como quieres que esté. Le veo todos los días en comisaría, perdido, como si no supiera por qué está ahí ni lo que tiene que hacer. Ha dejado hasta de discutir. Simplemente calla.
S- Ya –más que una palabra suelta un quejido de dolor. Lleva más de un mes que apenas le ve y no sabe que es lo que ahora puede estar pasando por su cabeza.
SI- Pero bueno, vosotros sabréis ya sois mayorcitos.
S- Tita, ¿me das un abrazo? –Su tía la abraza fuerte, como hace mucho tiempo no hacia, durante varios minutos mientras ordena en su cabeza las palabras adecuadas que expresen lo que quiere decir –Tita, yo le quiero.
Si- Vaya novedad Sara. Siempre le has querido, ¿no? ¿Y por que estás tan triste entonces?
S- Me regalo unos billetes a Madagascar y le rechacé. Seguí saliendo con Aitor. Vino un día a hablar conmigo para decirme que ya no iba a luchar más, que si yo era feliz sin él, él era feliz por mí. Y tita, me dolió tanto que me dijera eso. que viniera y me dijese que iba a dejar de luchar por mí fue el peor golpe. Y le dije de todo, de todo. Muchas cosas que no sentía, cosas que sabía que le iban a doler, y ahora lo he perdido para siempre.
SI- ¿Y por qué hiciste eso Sara?
S- Por miedo –vuelve a sentarse en la cama y con un gesto le pide a su tía que se siente con ella. siente que ha llegado el momento de sincerarse con alguien para no volverse loca de dolor. –Me hizo tanto daño cuando estuvimos separados que tenía miedo que volviera a pasar…
SI- Sabes que Lucas jamás te haría daño… a no ser, que como entonces, piense que es lo mejor para ti.
S- ¿Pero por qué tuvo que decidir por mí?
SI- Él no decidió por ti, los demás fuimos los que decidimos por vosotros ¿Te puedo contar una cosa?
S- Claro…
SI- Yo siempre he estado enamorada de Lucas, Sara. Desde que le conocí le quiero. Le he amado siempre y aún sabiendo que él jamás me ha querido igual yo he seguido insistiendo, con la ilusa ilusión de que el, un día cambiase. Tú crees que eres la única que le ha amado, y estas equivocada. Cuando me enteré que estabais juntos casi me vuelvo loca, porque tú has conseguido algo que yo siempre intenté y jamás conseguí: su amor. Lucas no ha sido capaz de querer a ninguna mujer en su vida salvo a ti y por eso, el reconocerme a mi misma que había vivido una farsa durante tanto tiempo me fue muy difícil; Sara, el día que te dije que Lucas ya no estaba interesado en ti y que había encontrado a otra mujer, mentí
S- ¿Qué? –no lo puede creer. Recuerda aquella escena y todo el dolor que sintió en ese momento y no puede creer que su tita le hiciera tanto daño aposta.
SI- Lo siento Sara, no sé que me pasó. A ti te dije que él ya no sentía nada por ti, y a él le eché en cara que estuviese contigo haciendo daño a todo el mundo. Creo que ese fue el detonante para que Lucas se portara así como lo hizo. No quería hacerte daño Sara, pero los celos me cegaron, yo le quería tanto … -está llorando y tiene miedo de perder a dos de las personas más importantes de su vida pero lleva mucho tiempo guardando en secreto esa mentira y no puede ocultarlo más.
S- No entiendo porqué todos os habéis empeñado en separarnos ¿No veíais cuanto nos queríamos? ¿No visteis el daño que nos estabais infringiendo?
SI- Nada justifica lo que hice Sara, nada. Solo quería que supieras que Lucas jamás te ha dejado de querer, y que si te trató así fue porque los demás le convencimos de que estando contigo solo se hacia daño el, a ti y a todos nosotros. Le hicimos ver que era algo malo, algo sucio y supongo que al final conseguimos que no se sintiera lo suficiente bueno para estar a tu lado. Pero él ha vuelto Sara, ha vuelto para luchar por ti porque te quiere como jamás podrá querer a nadie. No le eches la culpa a él, échanosla a los demás por impediros ser felices.
S- Ya… pero ahora él no querrá saber nada de mí...
SI- Seguro que tú sabes como solucionarlo –se levanta de la cama y deposita una suave caricia en la mano de Sara para darla fuerzas. Se acerca a la puerta dispuesta a marcharse cuando echa una última mirada a su sobrina.
S- Tita… vamos a olvidarlo. Yo también sería capaz de cualquier cosa por Lucas y sé como tú le querías. Y se que también has sufrido enamorada de Montoya –sonriendo se levanta y la abraza. La ha perdonado. Le ha dolido enterarse, no entiende sus razones pero quiere empezar de cero con todo el mundo –supongo que podemos olvidarlo.
SI- Gracias Sara. Aunque no sé si Lucas será tan comprensivo.
S- Él no tiene porqué enterarse. Será un secretito de tita y sobrina. A cambio… me tienes que ayudar a reconquistarle y hacer que mi padre lo acepte ¿Hay trato?
SI- Claro que hay trato mi niña…
3 comentarios:
Por fin Silvia es sincera y le dice la verad a Sara, ya era hora a ver si se en la serie lo hacen pues la verdad que dejan demasiadas cosas sin atar y conversaciones que hacer
Espero que en el siguient hablen de verdad
jaja SARAYSA
niñas me ha encantado este segundo relato que leo impresionante también esa charla se deberia haber dado en la serie hace mucho.
niñas este relato se merce una segunda parte
besos clara
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