10 octubre 2007

AVISO: no apto para menores de edad!!!!



Mira el reloj otra vez y le parece increíble estar todavía en la oficina a esas horas. Son las nueve de la noche, y aun está liado con el puto informe. Paco y Mariano hace horas que se fueron y le dejaron a él todo el marrón. Maldita sea!!!!

Está cansado y muy cabreado. Solo quiere volver a casa y verla, estar con ella. Desde esta mañana, en el desayuno, no la ha visto y no puede parar de echarla de menos.
Anoche durmieron juntos y al recordarlo las ganas de volverla a tener se hacen más intensas. Lo vuelve loco, siempre lo hizo, pero ahora, desde que han vuelto, la ama aún con más fuerza. Ya sabe lo que es vivir sin ella; vivir sin poder abrazarla, sin poder tocarla…. y no quiere volver a probarlo. Quisiera estar con Sara las veinticuatro horas del día, recuperar el tiempo que han pasado separados y no dejarla jamás.

El sonido de unos nudillos en la puerta del despacho lo sacan de su ensoñación.

L- Adelante.

S- Hola, venía a ver al poli más chungo de San Antonio ¿Sabe usted dónde podría encontrarle?

L- Sara, mi niña…. ¿Qué haces aquí?

S- Si molesto me voy…

L- Tú jamás molestas.

S- Cuánto te he echado de menos Lucas, estaba deseando verte y como no venías, he tenido que venir a buscarte yo

L- Me alegro de que hayas venido. Me estaba volviendo loco sin ti.

Lucas la abraza con fuerza apretándola contra su cuerpo. Por fin la tiene entre sus brazos. Lleva soñando con ese momento todo el día y ahora que lo está viviendo, no puede sentirse más feliz.

Se sienta en la butaca de Paco y sienta sobre sus piernas a Sara. La sigue abrazando con fuerza con una mano, y con otra le acaricia el pelo. Le huele el cuello y se lo besa con pasión, sube despacio y besa con cuidado el lóbulo de su oreja. Ella siente como su cuerpo comienza a excitarse, y aunque sabe que no es el momento y que el despacho de su padre tampoco es el lugar adecuado, no puede evitar acomodar su cuerpo, aun más, en las piernas de Lucas para que él la siga tocando mejor.Y así durante unos minutos, la excitación de ambos sigue en aumento y las caricias de Lucas se vuelven mas atrevidas.

S- ¿Sabes que eres muy malo?

L- Todavía puedo serlo mucho más Sarita

S- No me lo creo, demuéstramelo –Dice juguetona mientras se muerde el labio inferior para volverlo más loco aún, si es posible.

Lucas se levanta y corre los estores del despacho de su suegro. Ya es tarde para intentar implantar la cordura en ese despacho. Tiene que amar a Sara ahora mismo, no puede esperar ni un segundo más.

Vuelve a recuperar su posición en esa butaca, y vuelve a colocar a Sara en sus piernas. Con destreza sigue besando su cuello y con sus manos va bajando los tirantes de su camiseta y besando sus hombros. Le quita el sujetador con un rápido movimiento y todavía detrás de ella, se dedica a acariciar sus dulces pechos, los pellizca, los aprieta. El deseo se hace insoportable en el cuerpo de ella, y para sorpresa de él, mete su mano entre sus pantalones. Masajea su miembro con suaves caricias cada vez más fuertes y rápidas y los jadeos de ambos cada vez se hacen más frecuentes y se confunden con el sonido de los papeles, pisadas, y risas, que llegan al otro lado de la pared.

La toma entre sus brazos y la coge, apretando, con fuerza, su trasero con ambas manos. No paran de besarse y acariciarse, sin darse cuenta del lugar donde están. Sin parar de besarla y con ella rodeándole con los pies su cintura, tira todo lo que hay en el escritorio y posa a Sara en la mesa y mientras la acaricia apasionadamante hace que ella quedé tumbada para poder seguir besándola mejor. La vuelve a besar en la boca, en los hombros, los pechos. Le succiona los pezones mientras con sus manos tira de la falda para dejarla en el suelo; aún lleva el tanga puesto, pero Lucas, incapaz de esperar, se arrodilla en el suelo y comienza a acariciar el pubis de Sara encima de la fina tela. Oye sus jadeos y sabe que ella desea, tanto como él, que se introduzca dentro de ella. Pero no, aún es pronto, quiere hacerla disfrutar un poco más. Quiere que llegue a la cima de placer después de haberla vuelto loca de pasion. Le quita la diminuta prenda, que ahora yace junta a la falda y las demás prendas en el suelo, y hunde su cabeza entre las piernas de ella, estimulando la húmeda zona con su lengua. Sara no piensa, solo se derrite de deseo, no cree que pueda aguantar más las suaves caricias de su chico. No quiere llegar todavía, quiere esperar y disfrutar más, pero impulsada por una fuerza salvaje, aprieta la cabeza de Lucas, con vehemencia, contra su cuerpo mientras mete sus dedos entre su pelo y le ruega que no pare, ansiosa acaricia su cara, quiere mas, mucho mas…. Así, entre gemidos y sin palabras, ambos deciden que ha llegado el momento de parar si no quieren que la cosa se acabe tan pronto.

Sara se incorpora en la mesa, y comienza a desabrochar de la forma más sensual que sabe, los botones de los vaqueros de Lucas. Todavía encima del bóxer, acaricia de nuevo su miembro, con más fuerza todavía, mientras sigue besando su boca, su cuello y sus hombros. El deseo ya es insoportable y ambos necesitan poseer al otro de forma urgente.Se vuelven a recostar sobre la mesa, y Lucas se introduce dentro del cuerpo de Sara y, al compás de los jadeos de ambos, comienza a moverse en salvajes envestidas. Ambos saben donde están, saben que pueden ser pillados en cualquier momento, pero son incapaces de frenar la avidez y el deseo que se ha apoderado de sus mentes, de sus cuerpos. Sara, cree que es imposible poder disfrutar más, pero, intentando que Lucas se vuelva loco de placer por ella, se coloca encima de él y toma el mando de la situación. Se mueve de forma lenta, hasta que Lucas con sus manos le marca el ritmo que quiere que lleve. Sigue tocando sus pechos y besándoselos.

Y así, más unidos que nunca, y en el peor lugar que podrían haber elegido para hacerlo, se besan, de devoran, se silencian mutuamente con desesperación, para que nadie afuera pueda escuchar sus gemidos y sus últimos jadeo de placer antes de caer rendidos y agotados, sobre la mesa.

L- Sara, mi niña, eres maravillosa.

S- Definitivamente Lucas, siempre puedes llegar a ser más malo todavía –dice mientras le da un beso cariñoso en los labios y sonríe.

L- Será mejor que nos vistamos, no vaya a ser que nos pille alguien que se entera tu padre y tu abuelo y me capan

S- La próxima vez piénsalo antes de ponerte a seducirme en el despacho de mi padre y la comisaría de mi abuelo Lucas.

Ambos ríen mientras se visten. Entre juegos colocan todo en su sitio. Si alguien llega a ver el desorden no le va ser difícil imaginar la situación. De la mano, salen del despacho y cierran la puerta tras ellos. El informe ya lo acabará mañana, no cree que pueda concentrarse después de lo que acaba de vivir en el despacho. Vuelve a sonreír al imaginar la cara que pondría Paco si supiera lo que acaba de pasar allí dentro. En fin, no es culpa suya, con Sara nunca se sabe….






3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Que calor hace en el despacho del Inspector Miranda!!!

Anónimo dijo...

SI, SEÑOR!!!! anda, paquito, eso te pasa por no aceptar....jajajjajaj....que al final acaban vengandose encima de tu mesa....jajaja

rayma: no te soporto, blogger.....

Anónimo dijo...

bueno, bueno, que calor hace,no?ha sido increible, de verdad, ademas me gusta que no haya habido interrupciones