- Pásame el agua Mariano leche. Nada de dejarlo. No ves como me está mirando, veo el orgullo en sus ojos y solo me mira a mí.
- Paco, tú estás mu mal, ¿has perdido el norte? Ella no te mira orgullosa, está asustada, que tienes cara de seta, que te estás pochando.
Pero Paco decidido sale al campo saludando a la grada hacia donde se encuentra ella. La saluda con una sonrisa y se siente aliviado al ver que ella está mirándole a él, solo a él. Él jamás podrá quitarle sus miradas. Tan concentrado está mirando hacia la grada que no acierta a ver como el balón se dirige hacia él y le golpea con fuerza en la cabeza, tirándole al suelo, haciendo que él se retuerza de dolor. En realidad el balón solo le ha dado de refilón, todo el mundo lo ha visto, pero él aprovecha para sacar al actor que lleva dentro y hacer un papelón para llamar su atención. De reojo vuelve a mirar hacia la grada y ve como ella se ha levantado y tiene cara de preocupación y esto le anima a seguir con el teatro.
- Agua, reflex, camilla. Algo, traigan algo. Lucas, se lo dije, yo se lo dije. Que de esta no salía. Pero tú no, tú tenías que seguir provocándolo. La culpa es toda tuya.
- ¿Pero que me estás contando Mariano? Que este lo que tiene es más cuento que calleja. No me jodas Paco, que actúas fatal y ella se va a dar cuenta.
- Lucas esta vez va en serio. Me duele todo, creo que el golpe en la cabeza me va a dejar alguna secuela.
- Tienes razón Paco -dice intentado parecer serio- será mejor que te retires al banquillo. Y seguiré yo jugando y metiendo goles para dedicárselos a ella. Verás lo orgullosa que está de mí...
Se levanta sin pensarlo olvidando todos sus males y vuelve a su posición en el campo. Se esfuerza lo máximo posible para correr, robar balones, subir hacia la portería, etc., pero apenas es capaz. Mientras que ese cabrón es la estrella del partido y no para de meter goles a favor del equipo de los solteros.
- Arbitro. Tiempo!!
- Señor inspector Miranda. Antes de comenzar el partido he leído en varias ocasiones las reglas del balompié dictadas por la FIFA y en ninguno de sus apartados he leído nada de que uno de los jugadores pueda pedir tiempo...
- Povedilla, Povedilla ¿De que es el partido?
- De balompié señor inspector Miranda
- ¿Quién coño organiza el Partido José Luis?
- La asociación de huérfanos
- ¿De dónde Povedilla?
- ¿De la policía seños inspector?
- De la policía Povedilla, de la policía. Y como es de la policía y yo soy tu inspector en el partido mando yo. Y por el bien de los jugadores y espectadores en general y mío en particular pido tiempo muerto, y tú levantas tu pañuelito y pitas tiempo.
- En realidad según el código inspector es un banderín no un pañuelito
Le da una colleja. No quiere ejercer la violencia, y menos hoy que ella le está mirando orgulloso pero el becario se lo está pidiendo a gritos. Cuando el árbitro pita tiempo todos los jugadores protestan mientras Paco se vuelve a dirigir a la banda para hablar con el entrenador.
- Mariano, que no puedo respirar ya. Que esto tiene que acabar o me da un algo. Lucas se tiene que rendir.
- Después de lo de la bolera de anoche no Paco, Lucas no se rinde. Que se la liamos pero bien. Que solo estaba besándose con la niña...
- ¿Besándose? Estaba magreándola de mala manera ¡¡A mi niña!! Y haciéndose el machito delante de ella para que a mí no me haga caso... Ayúdame Mariano, vamos a hacerle la de los polvos. Ves al vestuario y coge de mi mochila un botecito azul pequeño que hay en uno de los bolsillos y asegurare que lo huela.
- No Paco, conmigo no cuentes, que Lucas es mi amigo, mi hermano y no puedo hacerle esto.
- Mariano lesches, y yo que soy, eh que soy ¿Yo no soy tu amigo? ¿¿No llevamos toda la vida juntos?? ¿No te perdoné yo cuando supe que habías comido todo el morro a mi Lola?
- Ese es un golpe bajo Paco... esta bien, lo haré. Pero si Lucas luego pide explicaciones -cabizbajo se dirige al vestuario. No le gusta hacerle esto a Lucas, pero Lucas también se las trae picando a Paco con la niña y él está entremedias y ya no sabe que hacer.
Al volver Mariano entrega el botecito a Paco y éste se encarga de espolvorear el contenido en una toalla y dársela a Lucas que comienza a estornudar y a rascarse todo el cuerpo. Paco ve, molesto, como Sara salta de la grada y se acerca a Lucas para ver que le pasa. Paco no puede entender, como ese cabrón al final, siempre consigue llamar la atención de su niña.

S- Lucas vámonos a casa y te echo polvos de talco.
L- Si, si, será lo mejor. Así me cuidas, que yo no sé que le habrá echado tu padre a la toalla que casi me mata.
P- Sara, mi niña, no pensarás eso de mí, ¿no? Que yo no sería capaz -dice poniendo cara de buena persona y buen padre. Cara, que no convence a su hija.
S- Papa, que nos conocemos.
L- Sara, ha sido tu padre seguro. Ya sabes como está conmigo, que está todo el día provocándome. Dice que acepta lo nuestro y fíjate.
S- Lucas, cállate que tú tampoco eres un santito.
L- ¿Qué no soy que? Sara que tu padre me acaba de dejar el cuerpo campo de golf con tanta marca y tanto bultito coño.
P- Y tú en la bolera, qué eh? Sara, que tú no estabas pero en la bolera me cambio los zapatos por unos más grandes y me caía de culo en medio de la pista
L- Que no fui yo joder, que fue la chica de recepción.
P- ¿Y ponerme la bola de 15 kilos también fue la chica de recepción?
L- Tú es que eres gilipollas. Era la que te llego y punto.
P- ¿Gilipollas? ¿Tú me estás llamando gilipollas? Niña, que este descerebrao le está llamando gilipollas a tu padre, al que te dio la vida, sangre de tu sangre....
L- GI-LI-PO-LLAS. Te lo digo con todas las letras.
P- Mamón ahora te vas a enterar
Se enzarzan en una pelea que termina con ellos tirados en el suelo dándose golpes que no llegan a dar en ningún sitio. Sara tiene que gritar lo más alto que puede para conseguir que se separen y terminen con el espectáculo.
L- Cabrón, no has visto lo que has hecho. Has puesto nerviosa a mi niña.
P- ¿Tu niña? Mi niña listillo, mi niña. Que yo puse la semillita, YO. La semillita, ¿te enteras de cómo va eso o te lo tengo que explicar?
L-Sonríe con malicia para sacar todavía más de quicio a su suegro- No, Paco. Tranquilo, que en ese tema me estoy convirtiendo en un experto.
P- ¿Quéeee? No puede ser verdad, no…. Mariano, mi pañuelo lesches ¿Dónde está mi pañuelo? Este cabrón me va a matar a disgustos. Que yo sigo siendo el padre de Sarita y algo tendré que opinar del tema, ¿no?
L-¿Ser su padre te da derecho a portarte como un energúmeno?
P- ¿Energúmeno yo? Energuemeno tú, que mira la que has liado. Mintiendo a Sarita para ponerla en mi contra, y conmigo…. Lo que estás haciendo conmigo no tiene perdón de Dios mamón
L- Pero serás....
Vuelven de nuevo a los puñetazos y las patadas sin ton ni son. La gente alrededor ríe al ver el espectáculo. Sara y Mariano intentan mirar para otro lado porque se mueren de la vergüenza. Todo cesa cuando la cara de Lucas impacta contra la tripa de Paco y ambos sienten un profundo dolor por el golpe. Se quedan tal cual para cachondeo de todos los que miran la escena. Sara y Mariano ya no saben donde meterse, así que Sara toma con fuerza la mano de Mariano y le empuja para comenzar a andar
S- Nos vamos a casa. Mariano y yo solos. Lucas hoy duermes en mi habitación. Yo dormiré en la tuya. Sola. A ver si pasando tiempo con mi padre aprendéis a llevaros bien y dejáis de discutir por mí como si fuera un trofeo.
L- Sara, no, esta noche no. Íbamos a dormir juntos, me lo prometiste. Sara, que la culpa ha sido toda de tu padre.
P- Te jodes cabrón -dice Paco en bajo a Lucas mientras ve como su hija se marcha cabreada.
S- ¿Papa?
P- ¿Si?
S- No cantes victoria tan pronto. Lucas duerme en mi cama, pero cuando le cuente esto a mamá tú vas a dormir en el sofá una buena temporada. Y súbete los pantalones por favor.
Se quedan tumbados todavía con la cabeza de Lucas posada en la panza de Paco. Al intentar levantarse los brazos de Lucas tropiezan con las piernas de Paco y vuelven a caer al suelo, para regocijo de todas las personas que están en el campo y que no paran de mirar el espectáculo.
L- Coño, quita ya, joder. Mira que eres lapa coño.
P- Pero si no soy yo, eres tú el que te pegas a mí lesches.
L- Paco, o quitas tu mano YA de mi culo o te desfiguro la cara a hostias.
P- Joer, pensaba que era algo mío.
L- Venga, levanta joder. No me manosees más.
P- Lucas.... creo que deberíamos llevarnos bien.
L- ¿Tú crees? Si sigues tocándome el muslo va a ser que no, ¿eh Paco?
P- Por Sara, vamos a hacerlo por ella.
L- ¿No te vas a meter más en nuestra vida? ¿No vas a venir cada hora a ver que estamos haciendo?
P- ¿Y tú no vas llevártela todo el día contigo?
L- Paco es mi novia, joder. Tendré que estar con ella si quieres que te demos un nieto pronto.
P- ¿Quéeeeeeeeeeeee? Ni de coña, eh Lucas. Ni de coña. Que te mato, te capo cabrón. Te juro que....
L- Tranquilo Paco, tranquilo. Te juro que si dejas de darme el coñazo a todas horas, yo a mi amiguito le pongo capuchón.
P- Por la cuenta que me trae....
Se levantan del suelo por fin y se retiran al vestuario para cambiarse de ropa. Paco, pensativo cree que definitivamente ese cabrón nació para arruinarle la vida. Lucas, piensa que ha hecho el trato de su vida, por fin se ha librado, un poco, del pelma de su suegro y amigo.
Saben que están condenados a entenderse, pero ninguno está dispuesto a compartir demasiado al amor de su vida, su niña, su Sara.
2 comentarios:
Asi me imagino yo a éstos si al final la niña y el tito se quedan juntos....ese Paco, ¡que malito es que te arrebaten el puesto de honor! y el otro ahí urgando en la herida, ¡que se va a poner capuchón! juas juas juas
jajaja, niñas que bueno, no sabeis lo que me he reido. pobre sarita lo que tiene que aguantar.en serio es que lo estaba viendo y me parto.un besazo
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