20 octubre 2007

La nueva poli de barrio

- Fernández, a mi despacho.
- Joder, qué puta mierda de día macho. Primero tengo que aguantar tus gilipolleces, y ahora D.Lorenzo dando el coñazo como siempre. No podrá dejarme todo el mundo en paz!!
- Lucas, templa joder, templa. Que estás mu loco y D.Lorenzo ya no te va a pasar ni una...

Lucas entra en el despacho y se sienta con chulería en la silla. No sabe que le va a decir D.Lorenzo y tampoco le importa. Lleva días pensando en que lo mejor es irse, cambiar de destino, y quizás, si saca más de quicio a su ex-suegro le ponga las cosas más fáciles para irse.

- Fernández, hoy se incorpora a la comisaría un nuevo agente y tú eres el encargado de enseñarle las instalaciones y acomodarlo en su puesto. Vendrá, si es puntual, dentro de media hora.
- ¿Qué? No. No pienso hacer de canguro. Para eso están los becarios.
- En este momento no hay ningún becario disponible Lucas.
- Pues no sé D.Lorenzo, una persona... alguien que quiera, coño. Que a mí esas cosas no me van. Dígaselo a Mariano o a Paco, que yo todavía estoy rellenando los cinco informes que me encargo usted ayer.
- Los informes son un castigo por una falta una falta de disciplina hacia un superior, así que los hace fuera de su horario de trabajo. Y del nuevo agente se encarga usted, que Paco y Mariano no están disponibles ahora, han ido a buscar a Sara y a Aitor a la estación, vienen hoy de Asturias.
- Cojonudo, genial, encima... me cago en la puta hostia -grita mientras sale dando un portazo. Sale rápido y no llega a ver la mueca de pena que se dibuja en la cara del comisario.

Se mesa el pelo y la barba mientras mira hacia la puerta esperando que venga el nuevo agente. Intenta rellenar el informe, pero es incapaz de concentrarse, solo puede pensar en Sara y en que hoy regresa de su vacaciones.... con su novio. Recuerda aquella conversación, la última antes de que ella tomase el taxi que le llevaba a Atocha a tomar el tren, y vuelve a aflorar el intenso dolor que siente desde entonces.

- Eh, eh tú
- ¿Sí?
- ¿Siempre estás tan atento en tu trabajo? Te pregunto que si sabes donde puedo encontrar al inspector Fernández.
- ¿Cómo?
- Mira, déjalo, ya le preguntaré a algún policía con más vida -cabreada se aleja de su mesa, buscando con la mirada a otro policía más despierto que el anterior que le pueda ayudar.
- Espera, espera -se levanta del golpe y con la mano sujeta a la desconocida que le busca -Yo soy el subinspector Fernández, ¿por qué me buscas?
- ¿Tú? Vaya, qué bien ¿No hay ningún otro subinspector que pueda atenderme? No creo que tú estés en condiciones.
- Mira, no sé para que me buscas, pero yo estoy capacitado para hacer lo que tú quieras que te haga -sonríe de forma seductora intentando hacerse el gracioso.
- Vaya... otro machito graciosillo. Pues qué bien. Soy la subinspectora Elena García. Vengo de la comisaría del Hierro y acabo de ser trasladada aquí. El comisario.... -mira un papel donde lleva anotado algunas cosas- el comisario Don Lorenzo Castro me ha dicho que tú me ibas a enseñar como va todo por aquí.
Lu- ¿Qué tú eres subinspectora? No, no puede ser...

Niega con la cabeza incrédulo ante lo que está escuchando. La mujer que tiene en frente, con su larga melena rizada y sus vaqueros ajustados no puede ser policía. La mira de arriba a abajo y le gusta todo lo que ve. Inconscientemente, siente la necesidad de coquetear con ella, pero al subir de nuevo su mirada, y ver la cara de cabreo con la que ella le mira, sabe que ella no tiene el mismo sentido del humor.

- Bueno, ¿qué?
- Que de que
- Si ya me has hecho la ficha policial, me voy a poner el uniforme y ahora empiezas a contarme como van las cosas ¿El vestuario por dónde está?

Lucas señala con la cabeza hacia el vestuario y Elena se marcha precipitadamente dejándole con la palabra en la boca y con un cabreo de narices ¡¡qué coño se habrá creído la tía esta!!

Tarda más de lo previsto en el vestuario y al salir a buscar a Lucas le encuentra rodeado de Mariano y Paco. No sabe si acercarse o no, pero viendo que no terminan la conversación y como no piensa quedarse toda la mañana sin hacer nada, se acerca a donde se encuentran los policías e interrumpe la conversación sin preocuparse de no resultar demasiado brusca.

El- Ya estoy Fernández
Lu- Vale, te presento. Este es el subinspector Moreno y tu superior, el inspector Miranda. Trabajamos todos en el mismo equipo. Ella es la subinspectora Elena García
El- ¿Y cuál es el caso del que nos vamos a ocupar?
M- Muchacha que prisas, una que entra con fuerza.
P- Muy bien Elena, necesitamos una agente con arrojo en el cuerpo.
El- De aquí en adelante prefiero que me llamen García. Y si, arrojo tengo como el que más. No les confunda mi apariencia. Para mí el trabajo es lo primero y no le temo a nada.
Lu- Otra que va de sobrada -murmura Lucas al oído de Mariano y éste se echa a reír.
El- Sobrada no, pongo las normas sobre la mesa, para que listillos como tú que se creen lo más de lo más sepan con quien están tratando. El caso, por favor inspector Miranda.
P- Ehhhh... -está impresionado por el carácter que muestra la joven policía nada más llegar a comisaría. Ese carácter, tan fuerte, rudo, le recuerda al de alguien pero no sabe exactamente al de quien- si... Perdón. Vamos a ver, D. Lorenzo nos ha pedido que vayamos a investigar una vieja nave del polígono abandonado de San Antonio donde se cree que una mafia china está extorsionando a compatriotas y les hace trabajar 24 horas al día.
Lu- Caso hecho. Vamos para allá que quiero estar aquí para la hora de la comida
P- No es tan sencillo. El problema es que el juez no nos da la orden de registro sin tener indicios de delito y no se tienen indicios de delito porque a primera vista la nave está abandonada y no se practica ninguna actividad dentro y deberíamos saber que es exactamente lo que se hace allí. Pero solo se accede a la nave por una puerta en la que hay siempre alguien vigilando, por lo que sin la orden no podemos acceder.
M- ¿Entonces Paco que hacemos?
Lu- Joder, Mariano pareces nuevo coño. Deshacernos del capullo de la puerta y entrar de estranguis a la nave.
M- Mira el listo, ya está el listo. Siempre igual. Deshacernos del de la puerta, ni que eso fuera tan fácil ¿Qué hacemos con él, nos lo comemos, jugamos al escondite con él? Si es que no piensas Lucas, no piensas. Paco díselo tú que no es tan fácil...
El- Joder, pues le narcotizamos coño
M- Ya estamos con el narcotizaje, siempre con el..... -calla de golpe al darse cuenta de quien ha dicho la última frase.

Impresionados los tres amigos se giran hacia la nueva integrante del equipo y la miran de arriba a abajo. No ha sido Lucas esta vez el que ha tenido la idea del narcotizaje, ha sido ella. A Paco, de pronto, se le enciende la bombilla y descubre a quien le recuerda el carácter de la nueva, a Lucas. La nueva es igual que Lucas, la misma forma de hablar, las mismas palabras, la misma pose chulesca. La nueva es Lucas en mujer.

A la hora de la comida se marchan hacia su casa Paco y Mariano solos, porque Lucas tiene que seguir acomodando a la nueva a su puesto de trabajo. No le hace ninguna gracia, porque esta tal Elena tiene algo que a Lucas no le gusta. No le gusta su carácter, ni sus formas, ni su borderia. Coño, si es una jodida loca que siempre está a la que salta. Insoportable.

- Paco que esto me da muy mal rollo. Que ya nos cuesta mucho aguantar a uno y eso que le queremos y ya existe un poso y un apego. Pero otra como él no. Estos nos llevan a la ruina. Madre… madre, estos nos llevan a la ruina...
- No exageres Mariano. A mí me hace gracia la nueva. Elena parece buena tía, y a Lucas parece que le gusta. Verás, siendo los dos como son, se van a dar una caña...
- Bueno, quizás así levante un poco de cabeza, que desde lo de tu niña...
- Seguro que con una como él Lucas cae rendido. Ya verás. Nos lo vamos a pasar pipa con ellos. Y así se olvida de mi Sarita, que ya está muy tranquila con otro
- Eso espero Paco, eso espero. A ver si se enamoran sin que nos tengan que llevar antes a Colmenar, que yo de estos me fío muy poco.

Siguen comentando la buena pareja que van a hacer esos sin darse cuenta de que alguien les está escuchando desde el otro lado de la puerta, y que está sintiendo como los celos la corroen. Sabe que es su culpa, sabe que decidió y aunque fue consciente desde el primer momento de que se equivocó, sabe que tiene que asumir las consecuencias de esa decisión. Pero no puede evitar dejar escapar alguna lágrima de rabia y de pena.

CONTINUARÁ

8 comentarios:

Anónimo dijo...

escuchadme bien, mentes perversas....NO QUIERO QUE CONTINUE ESTE RELATO SI LUCAS VUELVE A MIRAR ASI A LA TAL ELENA....QUE YA LE HE COGIDO HASTA MANIA.....

rayma.....acabare odiando a alguien mas que al blogger??????

Anónimo dijo...

eyyyyyyy es ta geniaaaal me gusta muxo este relato no tarden en cntinuarlooo besos niñas

Tiby

Anónimo dijo...

Me ha gustado, esa Subinspectora García, va a ser tan chula como Lucas, saltaran chispas. Me gustaría que lo continuaseis, eso si, que a Sarita se la coman los celos más todavía, ¡como se le ocurre cambiar a semejante hombre, por el becario!!

Anónimo dijo...

por curiosidad...puede ser que la tal elena garcia esa sea la ermana de lucas??

lo dijo porque si es igual que el i viene del hiero...

no se pero a mi me a parecido k si...

Anónimo dijo...

Está genial, chicas!! Me ha encantado, espero que lo continuéis pronto!!

Besos, Kira.

Anónimo dijo...

chicas sois muy malas esa elena garcia fuera ya ni se os ocurra liaros haber si viene sarita a proteger lo suyo

Anónimo dijo...

Haber si es ha vosotras a las que hay que narcotizar a estas alturas eh??? Esto me huele a momento nueva-lucas y no me gusta nada eh?? Vamos a ver si me voy a tener que poner seria...

Besos preciosas!!

Parketa

Anónimo dijo...

Hay que ver lo oportuna que es la tal Elenita.

Me gusta ver a Sara un poco ( o un mucho ) celosa, pero que Lucas siga soñando solo con ella eh?

Os había dicho antes que me encanta este relato? Pues por si acaso, ME ENCANTA.

Un beso,

Adriana