Conduce lo más rápido que puede atravesando Madrid en dirección a San Antonio. Está agotado después de un día horrible en un operativo tedioso y largísimo, y lo único que le apetece es llegar a casa y pasar lo que queda de día acompañado de sus dos mujeres preferidas. Se muere por abrazar a las dos, y cenar juntos, ver la tele, bañarse juntos… es tan maravilloso pasar esos momentos con ellas, que no haría otra cosa en toda su vida. Durante algún tiempo ser policía era su máxima ilusión y lo que más le llenaba, y ahora, aunque sigue amando su profesión, sabe que su vida tiene sentido gracias a ellas.
Se para en la corrala para buscar las llaves de casa que no sabe donde ha podido meter, y recuerda la conversación que tuvo ayer con Sara. Sabe que ella, como siempre, tiene razón, pero cree que su niña es muy pequeña para tener novio. Alba acaba de cumplir los cinco años, y hace días vino del cole diciendo que estaba prometida. Sara todavía se ríe cada vez que se acuerda de cómo reunió a sus padres en el salón y seria les dio la noticia más importante de su vida; Lucas no consigue pegar ojo desde entonces. Alba, su niña, en manos de un depravado de cinco años. Él sabe como son los niños a esa edad, porque el también tuvo cinco años, y sabe que tiene que cuidar a su niña.
Abre la puerta despacio, sabiendo que tanto Alba como Sara querrán seguir hablando del tema hoy, cuando ve sentado en el suelo de su salón a un niño que no conoce muy entretenido pintando. Le mira y le vuelve a mirar, y se pregunta quien será ese niño y donde demonios estará Sara. Grita para comprobarlo, y ella le dice que ahora sale, que Alba ha tenido un problemilla y la está lavando y cambiando de ropa.
Se dirige al chaval y se pregunta que conversación puede tener con un niño de cinco años, y más si es el novio de su hija, suponiendo que este sea el famoso Hugo.
- Hola
- Hola, ¿tú eres el papa de Alba?
- Si, ¿y tú quién eres?
- Yo soy Hugo, su marido.
- Esto…. Hugo, ¿cuántos años tienes?
- Cinco. Ya soy casi mayor del todo –Hugo le enseña orgulloso su pequeña manita abierta para demostrarle su edad y Lucas sonríe, porque a pesar de que no quiere que su hija tenga novio todavía, el niño este parece muy salao: No tiene los dos paletos de delante, y habla de una forma muy graciosa.
- ¿Y no crees que con cinco años todavía eres muy pequeño para estar casado?
- Que no, qué tonto. Si todavía no estamos casados. Alba dice que el año que viene mejor, que así su nuevo hermanito puede venir a la boda.
- ¿Y tú quieres casarte con ella?
- Pues a mí me da igual. Alba va conmigo al cole, se sienta a mi lado, en el recreo siempre estamos juntos, vamos a natación juntos, cumplimos los años el mismo día. Siempre estamos juntos, así que si nos casamos vamos a seguir igual. Eso si, me tendré que venir a vivir aquí con mi mamá, mi perro y la tonta de mi hermana –dice sin dejar de pintar en el papel y en la mesa ante la atenta mirada de Lucas.
- Yo creo Hugo, que soy muy jóvenes todavía. Que será mejor que esperéis un poco.
- Si a m í me da igual, pero Alba dice que si yo no me caso con ella dejamos de ser novios y se van con un niño más grande que es un abusón y que siempre me está robando el bocadillo. Y yo no quiero que ella se case con él.
- Después de sopesar todas las opciones, sabe que Hugo no es la peor opción- Tienes razón Hugo, mejor será que te cases tú con ella, pero eso de vivir juntos, no creo que pueda ser todavía.
- Mi mama dice que los novios tienen que vivir juntos.
- Ya, pero no los novios que tienen 5 años
- ¿Y por qué?
- Porque sois muy pequeños.
- El año que viene voy a cumplir seis y en la piscina me van a subir de nivel porque ya soy grande…
- Si, pero aquí no cabemos todos.
- Pues ya haremos un sitito –Hugo deja el dibujo y las pinturas y con un gran esfuerzo se sienta en el sofá, apoyando su pequeño cuerpo en el de Lucas y sentándose en sus rodillas. El sueño está empezando a hacer mella en él y apoya su cabeza en el pecho de Lucas. –Cuanto tarda Alba, al final no me dais de merendar…
- Hugo, ¿y tú con mi niña que haces?
- Pues jugamos a la pelota, me tira del pelo, siempre me está haciendo rabiar. Y me manda mucho, es una mandona. El otro día me tiró arena en los ojos. Y me pego los piojos y mi madre tuvo que echarme un champú que huele muy mal.
- ¿Y nada más?
- Pues me ayuda a hacer los deberes, y me hace aguadillas en la piscina. Y me ha dicho que este año vamos a celebrar nuestros cumples juntos y que tú y su abuelo, y tito Mariano vais a disfrazaros de payasos y vamos a ir al campo y…
- Lo que tú quieras –Lucas sonríe al pensar lo estúpido que ha sido, el niño solo tiene 5 años y no puede hacerle ningún mal a Alba. Recuerda que a su edad Sara era igual que ella, y tenía a todos los chicos detrás. Y luego le tocaba a él ir a vigilarlos para controlarles.
- Papa de Alba…
- Me puedes llamar Lucas.
- Lucas??? Vale. Oye, Lucas, ¿tú que quieres ser de mayor?
- Yo ya soy mayor
- Bueno, pero no tanto como mi madre, que tiene que tener por lo menos 20 años ya –Lucas se ríe de nuevo por el desparpajo de Hugo.
- ¿Así que 20, no? Yo soy policía
- ¿Policía? En serio. No me engañes
- Es verdad, ¿te gustaría ver mi placa? –La saca del bolsillo y se la muestra al niño, que, alucinado, no puede dejar de mirarla con los ojos expectantes. Es la cosa más bonita que ha visto nunca.
- Yo también quiero ser policía, como tú. Bueno, policía o sheriff
- ¿Sheriff? –Por un momento vuelve su cabeza para buscar el hueco que su caja de recuerdos ocupa en la estantería. Allí está la caja, con su estrella de sheriff, el mejor recuerdo que conserva de su padre.
- Si, sheriff. Lo que pasa es que los sheriff solo están en el oste, y yo no sé donde está el oste ¿Está muy lejos el oeste Lucas?
- Puffffff, casi lejísimos.
- Entonces seré policía como tú. Policía o joputa
- ¿Joputa?
- Si, joputa. Como mi vecino
- ¿Tu vecino es joputa?
- Si, eso dice mi abuelo. Es joputa porque no trabaja y gana mucho dinero. –Lucas no puede parar de reír ante la ocurrencia del chico. Tiene que tener más cuidado con lo que dice delante de Alba, que estos niños se enteran de todo. Sigue riéndose escandalosamente ante la incredulidad del niño, que no sabe que le hace tanta gracia al papa de Alba para que no pueda parar de reírse.
- Mejor ser policía Hugo, es mucho más divertido, aunque eso sí, también muy peligroso.
- ¿si? Halaaaaaaa –el niño le mira emocionado. Acaba de encontrar a su nuevo héroe. De mayor quiere ser como Lucas -¿Me llevarás algún día a atrapar malos contigo?
- Todavía eres muy pequeño pero si quieres un día te vienes con tu papa a comisaría y te la enseño, ¿vale?
- Mi papa…. Mi papa está en el cielo y no va a poder ir -dice con cara de pena, pensando que ha perdido la oportunidad de ver la comisaría.
- Eh, no te pongas triste. Mi papa también está en el cielo.
- ¿Si?
- Hablamos con tu mama y te llevo yo, ¿quieres?
- Siiiiiiiiiiii.
Sara regresa al salón con Alba de la mano y se encuentra la escena tan tierna. Sonríe al verlos tan unidos. Lucas siempre echó de menos no tener un niño antes para jugar con él y parece que ahora ha encontrado a un nuevo amigo.
- Lucas cariño, ¿Qué tal el día?
- Hola princesa. Bien, muy bien, ¿y tú que tal?
- Aquí, luchando con Alba y con Hugo, que se han peleado y se han puesto perdido.
- Alba mi niña, no me das un beso. Ven aquí, ¿por qué os habéis peleado?
- Hugo no quiere jugar a las princesas, solo quiere jugar a los policías.
- No, no es verdad. Siempre jugamos a las princesas. Siempre. Alba dice que es una princesa como su mamá.
- Alba, ¿mamá es una princesa? –le pregunta Sara divertida.
- Si, papá siempre te lo llama –ambos se miran y se sonríen cómplices.
- Si, su mamá es una princesa y ella también quiere serlo. Y me dice todo el día que la llame así, y que tengo que darle besitos, y acariciarla y todo eso y a mí me da asco.
- Tonto, ves papa como es tonto.
- No soy tonto, es que los niños nos damos besos. Nosotros jugamos a los policías y pegamos tiros. Los besos son para las niñas ¿a que sí Lucas?
- Esto….
- ¿Niños merendamos? –Sara salta para sacar del aprieto a Lucas, que se está poniendo morado ante tal encerrona. –tenemos tortitas con nata.
- Siiiiiiiiiiiii –gritan los tres al unísono.
Alba se adelanta para sentarse en la mesa, mientras que Hugo le dice al oído a Lucas para que las chicas no le escuchen:
- Yo sé que a ti también te da asco besar a las niñas. Pero será nuestro secreto.
- Vale, Hugo. No se lo digas a nadie, ¿trato hecho?
- Trato hecho. Es nuestro primer secreto, qué guay.
Pasan los cuatro una tarde maravillosa hasta que la madre de Hugo viene a buscarle y se despiden. La madre del niño agradece que se hayan quedado con él, porque ella trabaja hasta tarde y no tiene con quien dejarle la mayoría de los días ahora que el abuelo, que es quien normalemente lo cuida, ha tenido que salir de viaje.
Lucas, gustoso, se ofrece a cuidarle cuando lo necesite, porque total, necesita un compañero de juegos y alguien que le libre de jugar a las princesas con Sara y con Alba.
Además, ha encontrado un nuevo amigo.
6 comentarios:
Es buenisimo Hugo, que salidas tiene el niño......mira que decir que a Lucas no le gusta besar a las niñas......desde luego no le conoce nada bien.
Alba le dice que tienen que casarse para el año porque así puede ir su hermano?? Que sabe la niña que no sepa Lucas ni sepamos nosotros??
Me gusta la reaccción de Lucas, mi padre tambien esta en el cielo, así se hace.
ainsssss que bonito!!!me ha encantado esa conversacion de los dos. que gracioso el niño. enhorabuena de verdad
eiii que está muy chulo, ese Hugo pa comerselo al niño, que cosa más salada y papi Lucas diciendole que lo va a llevar a la comisaria, cuando se entera de que el niño no tiene ya a su papi.... ¡¡que mono!!!. Blue.
Pese a los "tiempos que corren", la inspiracion, vuestras musas,....caminan por otros derroteros y os/nos premian con tales resultados.....
¡¡¡Ha sido fantastico retornar a la inocencia de los inicios....¡¡¡,
Gracias por esta bonita expariencia, con la esperanza que no se abandone este filón, por que da pié para muchas circunstancias altamente entrañables y divertidas....
He creido ver una ligera influencia de ANAYA,...¿puede ser....?,....a ella tambien se la echa mucho de menos....
Un beso para todas
Rosa, (rfc-lhdp)
Decidido, de mayor quiero ser japuta!!!
xD
siesque no me reia tanto desde acia tiempo...xD
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