Blog personal de Sara Miranda

Hace mucho que no ponía nada en este blog, exactamente desde que supe que Lucas no me iba a perdonar el haberlo dejado por mis padres.

Muchas veces me vine e intente escribir algo, pero todo lo que me salían eran palabras cargadas de amargura, la misma amargura que destilaban las palabras que Lucas me dedicaba a mi.

Cuando por fin confirme que el amor de Lucas me hacia daño, intente hacer mi vida sin el… en fin, si una persona te hace sufrir lo mejor es pasar pagina, no? Por que el amor no puede hacerte llorar, el amor es reír, sentir, amar, pero nunca sufrir….

Y creí tenerlo superado hasta que, tres días antes de mi cumpleaños, me regalo 2 pasajes a Madagascar, a nombre suyo y mió… dos pasajes al destino de nuestros sueños, a donde la bola del mundo nos había guiado un año antes, cuando todavía no había amargura, ni dolor, y una vez mas como una tonta, me rendí ante el y ante mi amor.

Hace unos días, les dije a mis padres que me iba con Lucas a África y ellos no lo aceptaron muy bien, ojala les hubiese hecho caso, me habría ahorrado un viaje de ida y vuelta a 11.000 km de distancia, sola, asustada y sobre todo, decepcionada.

Sabéis…. cuando era pequeña, como todos los niños a cierta edad, quise ser astronauta. Mi padre me dijo que si estudiaba mucho, podría llegar a serlo. Entonces supe que jamás sería astronauta, porque a mí estudiar.... como que no.

Eso es Lucas para mí. Si me esfuerzo mucho quizás podamos estar juntos algún día, pero, al igual que para llegar a ser astronauta, tienes que trabajar mucho, y al final, ni siquiera sabes, si algún día, llegarás a pisar la luna.

Lucas, es un imposible, es un esfuerzo que no sabes si algún día llegará a tener su recompensa por mucho que me esfuerce, mucho interés que ambos pongamos….

Yo le quiero, pero creo que el amor no tiene que doler, que el amor no es un esfuerzo continuo. Amar tiene que ser otras cosas, tiene que ser sentirte vivo, ser feliz, sentirse unido a esa persona. Amar no puede ser estar toda una vida esperando a que los astros se decidan a juntarnos un día, para separarnos una semana después.

Por eso hoy, he ido a la cárcel, donde esta infiltrado, y se lo he dicho. Que no puede ser, que es mejor que cada uno siga por su lado y le he hecho daño, lo he notado en sus ojos, me ha pedido que no me marchase, pero yo he huido, deprisa, de allí, no soporto verlo sufrir pero es lo mejor para los dos.

Creo que quizás separados llegaremos a ser felices algún día. Aunque también creo que, pase lo que pase, Lucas siempre estará ahí, en algún lugar de mi corazón, pero intentaré que ese recuerdo no duela y que no me impida seguir viviendo.

Por eso he intentado hablar con Aitor. Es normal que no quiera estar conmigo, no sé como fui tan idiota para creer que él estaría siempre disponible. Tal como me dijo, antes de marcharme a Madagascar, la cosa con Lucas no ha salido bien y ahora esta enfadado por que piensa que mi interés por el es a cusa de mi desilusión. Me ha dicho cuatro cosas y me ha llamado egoísta y me ha dolido, pero en el fondo de mí misma sé que tiene toda la razón.

Aitor es lo contrario que Lucas. Aitor está ahí, a mi lado y nunca ha supuesto ningún esfuerzo para mí tenerlo conmigo. Salvo ahora, quizás, aunque tampoco creo que cueste demasiado.

Intentaré volver con él y con el tiempo intentaré olvidar a Lucas. Quizás entonces cada uno esté justo donde tiene que estar, y consigamos vivir, todos, un poco tranquilos.

Ahora estoy pensando que hacer o que decir, para que Aitor vuelva conmigo. Pero en cuanto me descuido, Lucas, y la escena de la cárcel vienen a mi cabeza para atormentarme.

Le prometí que siempre le esperaría y me he rendido, pero es que, amar, tiene que ser otra cosa y una, no puede estar toda la vida esperando.