Diario de un guionista estresado

Bueno chicas, mientras decidimos que se hace con el blog y con todo lo demás, os dejamos nuestra última creación, la última paranoia, que ya estaba escrita.
A ver si así conseguimos entender, por una vez, al "enemigo"

Anoche volví a dormir en el sofá, y ya no sé cuantos martes van ya. Mi mujer volvió a ver el capítulo y yo quise acostarme antes para no tener que discutir, pero ella me dijo que tenía que verlo, casi me obligó. Dice que a lo hecho pecho, y que si soy guionista tengo que asumir la critica. Ja. Asumir la crítica. Sé cree que no sé asumir la crítica
¿Y qué es esto que llevo haciendo dos temporadas y pico?Porque mi mujer, y tanta otra gente se cree que ser guionista de una serie de máxima audiencia es un chollo. Y yo digo: Ja, y mil veces ja.
Volví a ver el capítulo con miedo, y cuando la miraba de reojo y veía su cara de cabreo, más tenso me ponía. "Que no hay derecho" me dijo, como si yo no lo supiera, de hacer lo que le estoy haciendo a Lucas, que siempre fue su favorito.
Me pregunta que si es tan difícil dejar a Sara y a Lucas juntos y felices, viendo todos los días como llueve a su alrededor ¿Qué sí es difícil? Mucho, muy difícil. Muy difícil si queremos seguir pagando nuestro chalecito en las afueras de Madrid, porque para ello tenemos que seguir animando a la gente a ver la serie. Y la gente quiere Lucas y Sara, pero si Lucas y Sara se convierten en cualquier pareja normal, ya no serán tan maravillosos y no engancharán tanto a la gente. Se lo intenté hacer ver. Siempre el mismo argumento, pero es que ya no me quedan más.

“A ver cariño, si Lucas y Sara fueran juntos al supermercado y discutieran luego por a ver a quien le toca fregar los platos, y entremedias se quejaran de que el domingo les vuelve a tocar comer con el suegro, ¿tú seguirías enamorada de esa pareja? "Sí", me dice ella.
Ja, vuelvo a contestarle yo. No sabe lo difícil que es mantener una serie de éxito.

Después de dormir en el sofá, “porque lo de Povedilla no tiene nombre” y "de Mariano ya no hablamos, con lo llano que era, tan bueno, tan inocente, tan... tan Mariano y ahora...." según ella, me levanto hoy con dolor en todos los músculos de mi cuerpo, hasta aquellos que no sabía que existían. Y me preparo de nuevo para marcharme hacia el estudio para dar forma un día más a un nuevo capítulo de mi “amada” serie.
Llego tarde después de un monumental atasco, y lo primero que siento al entrar allí es una mano en mi espalda que me pide atención.

“Joder, macho, que dice mi mujer que ya no soy el que era ¿No podrías hacer tú algo para que Paco mediara entre la parejita? Que lo que uno rompe tiene que arreglarlo chaval”
Si, Paco, si, le contesto.

Paco Tous quiere ser San Valentín, y yo lo único que pido de él es que vuelva a tener chispa. Cuando veo a Hugo por el pasillo intento escaparme, aunque sé que es inútil. Le digo que me entienda, que todavía no he visto a mis jefes, que hablamos en un momento. Pero Lucas, no está por la labor. Y digo Lucas, porque para mí, Hugo no existe. Hugo es Lucas y punto. Y Lucas es…. Es mi peor pesadilla. Porque me han dicho que tengo que estirar el chicle y que tengo que aprovecharme del tirón del guaperas de moda. Pero es que quieren que el tío se haga el héroe, y yo quiero dormir en mi cama de 1,35 abrazado al cuerpo de mi mujer. Y héroe y príncipe enamorado nunca fueron compatibles. Coño, si eso todo el mundo lo sabe. O pongo a Lucas a conquistar al mundo, o que conquiste a su querida sobrina, pero no puedo ponerle a salvar el mundo con bolas del mundo en la mano.

Antes de llegar a mi despacho, mi querido despacho donde tan en paz me siento cuando cierro el pestillo a todos estos majaderos que están intentando matarme de estrés, me encuentro a Clara, que me pide sus cinco minutos de gloria en un capi. Ja, vuelvo a repetir yo. Como si fuera tan fácil hacer de una hermana champiñón que me saqué de la manga un personaje imprescindible. Pepón, Adriana, Michelle…. que me dejen todos. Que yo solo quiero dormir en mi cama y pagar mi chalet en las afueras.

Un miércoles más, antes de ver las audiencias siquiera, me conecto al foro. Sensación paquera está que arde. Y piden mi cabeza. Noto como el agobio se va apoderando de nuevo de mi cuerpo y tentado estoy a dejar de leer, pero no puedo. Que es un dramón, que que he hecho con la serie, que como puedo hacer tan mal mi trabajo... Ganas me dan de contestarlas que lo hagan ellas, que se peleen con la productora, con antena3, con los actores, y con la Santa Sede si hace falta cada día. Y eso sin dejar de pensar en las audiencias. Coño, si yo solo quiero pagar mi chalet.
Pero hoy las del foro, me han vuelto a dejar en el sofá para dormir. Ellas también me castigan, porque “no hay derecho” Ja. Como si fuera tan fácil.

Me junto con el resto de guionistas y veo en sus caras que, probablemente ellos también han sido relegados a dormir en el sofá. Comentan lo que pone en los foros, y siento que están igual de perdidos que yo. Y así, deprimidos y con la soga al cuello, nos ponemos a escribir otro capi. Coño, si así no hay quien pueda. Con tanta presión cómo vamos a trabajar.
Vuelvo a repetir Ja. Porque yo solo quiero terminar de pagar mi chalet en la sierra y que me vuelva la inspiración.