Tiene toda la tarde para no hacer nada y piensa disfrutarla como nunca. El bol de palomitas ya adorna la mesa y la nueva película de De Niro ya está metida dentro del DVD. No sabe donde están Mariano y Paco, pero lo agradece. Así no le siguen dando el coñazo a todas horas con lo mismo.
Cuando más emocionante está, cuando más tiros hay en pantalla, la puerta se abre y dando gritos entran sus dos amigos, más felices que de costumbre.
- Lucas, tío ¿qué haces ahí to tirado en nuestro día libre chaval?
- Y hartándose de palomitas Paco. Este está mu mal, pero que muy mal. Lucas que vale que tengas tipito, pero ya tienes una edad y las carnes empiezan a caer y luego mira….
- Que te calles coño Mariano. Mis carnes que se caigan por donde quieran, pero que lo hagan solas. Que el resto de mi cuerpo hoy no se mueve de este sofá.
- Vamos levanta, que estás arrugao por dios. Esto no debe ser bueno. Vistote que nos vamos –dice Paco, mientras apaga la televisión y aparta el enorme bol de palomitas de la vista de Lucas, bol que llega a las manos de Mariano que da buena cuenta de ellas.
- ¿Irnos, a dónde?
- A la tienda. Tenéis que acompañarme.
- ¿Tú me has tomado por gilipollas verdad Paco? Te crees que yo he nacido ayer y no, yo no soy Mariano.
- Ehhhhhhh, que sigo aquí –las palomitas no le dejan gritar como él quisiera, pero quiere demostrar que se siente ofendido igual. Como si a él fuera fácil engañarle.
- Pero Lucas, si lo único que quiero es que me ayudes con las bolsas.
- Y una mierda ¿Me oyes Paco? A mí no me la das. Tú quieres seguir con lo de la niña. No una puta encerrona más. No más acercamientos. No más niña. Nooooo
- Que no Lucas, que no hombre. Que si no queréis estar juntos, yo os dejo separados y todos tan contentos. Solo quiero tu ayuda.
Lucas finalmente cree a su amigo, y, aunque con la mosca detrás de la oreja, se dirige hacia su habitación a cambiarse de ropa. Mientras Paco intenta quitar el bol de las palomitas a Mariano, para que salga en busca de Sara y llevarla al centro comercial por separado. No vayan a pillarles antes de tiempo.
Cuando llegan Lucas le dice a Paco que ahora le encuentra que va a ir a buscar algo que le pidió Carlota, pero su amigo le arrastra por los pasillos del comercio sin escucharle siquiera. No sabe donde le lleva ni por qué, pero algo le huele raro.
- Ya estamos.
- ¿Ya estamos dónde?
- Aquí. No nos ves, ¿dónde vamos a estar? Pues aquí -mira hacia todos los lados y al no ver lo que busca consulta con su móvil por si le han llamado y no se ha enterado. Nada, ni una sola llamada. Mariano debe estar al llegar.
- ¿Me puedes decir que hacemos en la sección de telas?
- No son telas, son cortinas, ¿o no lo ves alelado?
Con una gran sonrisa Paco descubre a Mariano corriendo entre los pasillos llevando a Sara acuestas que alucinada, no sabe a donde se dirige. Cuando las miradas de ambos se encuentran, los dos ponen el mismo gesto de fastidio. Se la han vuelto a liar, otra vez ¿Cómo pueden picar una y otra vez?
- Hola cariño.
- Papá, me puedes explicar que narices hacemos aquí
- Mamá, que dice que las cortinas de tu habitación están muy viejas.
- Tienen dos años.
- Uy, eso es viejísimo
- ¿Entonces tú que ya pasas de los cuarenta como estás? –Lucas suelta una carcajada ante el comentario de Sara, pero, cuando nota como ella lo mira, encoge el gesto y vuelve a poner la cara de cabreo que exige la situación.
- Sara, cariño, vamos a elegir unas cortinas y punto. No vamos a hacer cabrear a mamá, ¿Verdad que no?
- ¿Y para elegir unas cortinas tiene que estar el capullo este? –señala a Lucas, y él sin darse por aludido mira a su espalda para encontrar a algún capullo. Encima que le han engañado encima tiene que aguantar las gilipolleces de la niña.
- Yo me voy, que tengo a De Niro esperándome en el salón.
- Uy, qué planazo. Papá, ¿cómo les has traído hasta aquí teniendo la agenda tan ocupada?
- Me voy. Pero Paco, vete para allá. Las cortinas de ositos están en ese otro pasillo. Dale el gusto a la niña y cómprala unas para su edad.
- Gilipollas.
- ¿Qué me has llamado? A ti no te han enseñado a no decir palabrotas en el cole. Mira que luego papá te castiga.
- Vale, vale. Ya está. Ya habéis soltado vuestra ración de insultos por hoy. Ahora las cortinas. Mirar estas, azules. Qué bonito es el azul, qué elegancia, qué clase ¿Qué os parecen chicos? –ninguno de los dos mira las telas que Paco les enseña porque les importa muy poco que cortinas comprar. Odian tener que estar juntos, así que mejor se llevan las que sea y se van ya cada un por su lado.- Vamos hija, Lucas, poner un poquito de vuestra parte por favor. A ver, imaginar que estáis eligiendo cortinas para vuestra casa, ¿cuál os gustaría?
- La roja
- La verde
- Imaginaros que os tenéis que poner de acuerdo.
- La lila
- La de flores
- ¿No las hay más feas por dios?
- Paco, así no. Déjame a mí, que yo de esto sé mucho más que tú. Imaginaros por un momento que habéis conseguido dejar de hacer el idiota y os perdonáis de una vez, que os queréis mucho y os vais a vivir juntos. Que os pasáis el día soñando con el momento de llegar a casa y veros.
- Y de daros mimitos
- Si, y de darse mimitos Paco. Y carantoñas, y daros un masaje en los pies cuando os duelan y os contáis que tal el día y…… -hace una pausa imaginándose la escena y no puede evitar sentir envidia- ¿yo quiero esto Paco, porque yo no puedo tener todo esto y ellos sí? ¿Por qué a mí nadie me quiere? ¿Por qué Paco, por qué?
- Coño Mariano, pero que solo lo estamos imaginando.
- Si, pero porque algún día lo tendrán, que para eso los hemos traído aquí, ¿no? Y yo que, ¿para cuando?
- Céntrate coño Mariano, siempre igual. A ver, ¿por donde íbamos? Ah, sí Llegáis a casa y entre los dos preparáis la cena y os contáis que tal ha ido el día. Os apoyáis cuando algo va mal y quizás luego, veáis una película. Alguno se quedará dormido en el sofá y el otro le despertará y le llevará hasta la cama. Se despejará un poco mientras se pone el pijama y luego, antes de apagar la luz de la mesilla os acurrucaréis para daros calor. Y entonces, ¿¿qué cortina os gustaría ver antes de apagar la luz y cerrar los ojos??
Sara y Lucas dejan por un momento volar su imaginación y sueñan como sería esa escena que les ha contado Paco. Recuerdan que, cuando vivieron juntos, no tenían cortinas, pero siempre se acurrucaban antes de dormir, si es que dormían esa noche. Esos fueron los mejores momentos que han vivido juntos, y ya casi, los habían olvidado.
- Las azules –dicen los dos a la vez dejando escapar una sonrisa. Les da igual el color de las cortinas, o si tienen cortinas. Solo le importa poder compartir esos momentos que durante meses pudieron compartir y que echan tanto de menos.
Mariano mirando a los dos tortolitos mientras le resbalan unas lágrimas por la cara, tarda en darse cuenta de que Paco le hace señas para que se marchen.
Se retiran un poco para dejarles intimidad, y desde allí, rodeados de conservas congeladas, muertos de frío, ven como Lucas y Sara se van uniendo, juntando sus labios y dejando todo el rencor a un lado para disfrutar de ese primer beso, que con toda seguridad significa, el primer beso de una nueva vida juntos.
Paco y Mariano pegan un grito y se abrazan porque por fin lo han conseguido. Si es que lo sabían, solo necesitan un empujón. Arman tanto escándalo, que todo el centro comercial se para a mirarles, todos excepto Lucas y Sara, que están demasiado ocupados volviendo a ser felices.
6 comentarios:
Que bueno. Me encanta,al final lo han conseguido y todo comprando las famosas cortinas.......
¡Que sabio es el refranero!
Que final más tierno y como me he reido con Mariano, éste si que es el auténtico.
Como no podia ser de otra manera, se han reconciliado soñando, imaginando como sería esa vida juntos...
Cri_s
hola, haciendo mi avitual recorrido matutino por los blogs me he vuelto a enganchar el vuestro llevo como mas de una hora en él, y bueno que deciros, me encantan vuestras historias y sobre todo la primera que lei cuando os descubri que fue la de dublin, haber cuando la seguis que tengo muchas ganas de seguir leyendos.
un besazo.
ajjajajjaj como han dado de si las famosas cortinas,ahora si que ya puedn elegirlas por fin, si no estan demasiado ocupados en quererse, muy bueno niñas.Un beso.
CHIQUI.
¡Qué bien! Aquí, como en la serie, ha llegado la lluvia.
Gracias princesas.
ayyyyy como me he podido reir con los dos casamenteros y sus cortinas !!!! me ha encantado niñas!!! anda que no le han dado vueltas a las cortinas para juntárles... lo de antes de apagar la luz y mirar.... colosal!!! me tengo que quitar las lágrimas que no veo ni las teclas jajajaajajjajajaj.
Un besazo que la hora que es y yo riendome.
Ayla
Publicar un comentario