17 marzo 2008

Se feliz!!!!!!

Quisiera poder odiarla para sentir un poco de alivio. Al menos si tuviera alguien a quien echarle la culpa podría sentirse algo mejor. Pero la única culpable es ella, lo sabe, y eso es lo que más la duele. Tampoco, aunque su amiga fuera realmente culpable, podría odiarla, porque durante los meses que estuvieron en la academia compartieron muchas cosas, muchisimas, tantas que Luna ya es parte de ella. Compartieron las penuerias de no saber si lo conseguirían, de estar separadas de su familia, de sus amigos, de Lucas. Confiaron la una en la otra más que en nadie. Prometieron llegar a ser polícias juntas, y seguir trabajando juntas para siempre. Sara jamás tuvo una amiga, nunca. Jamás había confiado tanto en nadie como para llamarla amiga, hasta que conoció a Luna y entonces supo que jamás iba a separarse de ella, o eso creyeron entonces.

Por eso duele tanto que precisamente sea ella la que se ha enamorado de Lucas y la que ha conseguido que él vuelva a sonreír. Hace mucho tiempo que advirtió que entre ellos había cierta atracción. Fue testigo de que buscaban coincidir en los operativos, que Lucas se preocupaba de Luna tanto como un día lo hizo de ella misma. Pero, cuando ha visto que esa atracción lejos de extinguirse ha ido a más, ya es demasiado tarde para hacer algo.
Porque Luna se ha separado de ella, apenas se hablan cuando se cruzan en comisaría y hace siglos que no comparten risas al calor de un café. Y Lucas... Lucas decidió darle tiempo a Sara para que se aclarase, quería darle la libertad que ella necesitaba para elegir con la cabeza y el corazón. Pero antes de que Sara pudiera elegir, Lucas dejó de esperar. Y cayó en los brazos de Luna.

Verlos en comisaría cada día era un infierno. En cualquier rincón se los encontraba riendo, felices, conspirando. Ha tenido que ver muchas veces un guiño cómplice, una caricia por sorpresa, un beso aparentemente amistoso. Tantos gestos que a ella le han hecho tanto daño... y por eso está ahora mismo ahí, sentada en el despacho de su abuelo, con un sobre en la mano. Presenta su solicitud de cambio de destino.
No sabe donde le llevarán ahora, pero le da igual. Solo quiere estar lejos para no sentirse tan desdichada con la felicidad de ellos. Lo ha intentado, de mil maneras, pero es imposible. No puede hacer como que no le importa. Porque le importa, le importa más que nada. Los quiere a ambos más que a sí misma y ellos, ellos solo se quieren el uno al otro.
Sabía que su abuelo le iba a poner todas las pegas posibles, pero finalmente, como siempre, acaba convenciendolo de que es lo mejor para todos.

- He oído lo que vas a hacer, Sara -la mira a ella y luego se da cuenta del despacho del que sale su amiga y sabe que lo ha hecho ya, que no hay marcha atrás ¿o sí? -¿Ya lo has hecho, verdad?
- Sí, Luna, me voy. En una semana más o menos ya me tendréis lejos.
- No lo entiendo, perdoname pero es que no lo entiendo. Siempre has querido trabajar aquí, con tu padre, con Mariano, tu abuelo, tu tía... todos los tuyos están aquí Sara ¿Irte por qué?
- Necesito cambiar de aires, solo es eso -dice dando por finalizada la conversación. No la odia, no está enfadada, pero no puede hablar con ella como si no pasara nada, como si no amasen al mismo hombre.
- Vete a la China, a Australia, al lugar más recóndito de la tierra. Tus fantasmas irán allá donde vayas tú.

Se gira para mirarla buscando una explicación pero Luna ya no está. No sabe a que se refiere. O quizás sí. Su amiga la conoce bien.

Sin contar con nadie se toma el resto del día libre. Necesita pasear, pensar, organizarse su nueva vida. Aún no sabe a dónde irá, pero ya está haciendo una lista mental de las cosas que quiere cambiar en su vida. La número uno, como siempre, es olvidar a Lucas.
Regresa a casa cansada, aturdida y deseando meterse en la cama. Ha sido un día duro, aunque no más que cada uno de los días durante los dos meses que llevan en la comisaría de San Antonio.
Al cruzar la corrala se encuentra a la última persona que querría ver en ese momento, o quizás, la penúltima.

- Sara, te fuiste sin decir nada. Todo el mundo te ha estado buscando -Luna ha estado preocupada por ella. Mucho. Lleva mucho tiempo preocupada por su amiga y ya no sabe que hacer ni que decir para que ella no se aleje aún más.
- Necesitaba pasear.
- Y nosotros necesitamos hablar contigo -sin decir nada más la arrastra por un abrazo hacia la casa de Lucas y sin darse apenas cuenta se encuentra sentada en el sofá rojo en medio de los dos.

La situación la supera. No sabe lo que le van a decir, pero no quiere escucharlo. No quiere estar en medio de ellos, no, es demasiado duro. Intenta huir, pero ambos se lo impiden y finalmente, decide dejar de luchar y se queda allí postrada, esperando, como quien espera el castigo final.

- Sara, me ha dicho Luna que te vas, que has pedido un cambio de destino. Dime que no es verdad, díselo a ella. Le he dicho que tú jamás harías eso, que nunca abandonarías San Antonio. Díselo tú. -se comporta como un niño para no aceptar la realidad. No quiere ni pensar que pueda ser verdad que Sara se va a ir lejos.
- Me acaban de llamar de la central. Hay un puesto libre en la comisaría de Carabanchel. La semana que viene empiezo allí.
- ¿Pero por qué? -Lucas la mira, fijamente, pidiendo una explicación. No entiende a Sara. Lleva meses sin saber lo que piensa. Se ha encerrado tanto en sí misma que ya no es capaz ni de leer en sus ojos.
- Tengo que alejarme de aquí. De mi casa, de mi familia.... de vosotros.
- ¿De nosotros?
- Esta si que es buena Lucas, de nosotros dice ¿Se puede saber que te hemos hecho nosotros?
- No me habéis hecho nada. Pero... pero no soporto veros juntos. Sé que no tengo ningún derecho a pediros nada. Por eso me voy, porque no quiero ser el palo en la rueda de lo vuestro.
- ¿De qué...? -Lucas y Luna se miran, sorprendidos.
- Pues eso, de lo vuestro -lo dice con verguenza. Mucha verguenza. Porque se siente una niña a la que le han quitado su juguete y está rabiosa. Pero es que realmente siente que le han quitado una parte de ella.
- Sara, entre Luna y yo no hay nada. Bueno, si. Somos amigos. Y punto.
- ¿Cómo has podido creer que yo podría hacerte eso Sarita? Niña, si somos amigas. Que digo amigas. Hermanas!! Sara, te lo he dicho mil veces, tu eres mi familia, sería incapaz de hacerte daño, al menos a sabiendas. Desde que llegamos a San Antonio has estado muy rara, no sé porqué pero has cambiado. Y yo me he sentido muy sola y te he echado de menos, y al final ha sido Lucas el que más me ha entendido porque.... mira, lo voy a decir.... porque él está igual.
- ¿¿¿¿¿¿¿¿QUÉ?????????
- Pues eso Sarita, que no hemos estado enrollandonos a tus espaldas, sino buscando la manera de poder ayudarte. Ninguno de los dos sabíamos como hacer para sacarte de tu burbuja, para quitarte todo el miedo que tienes dentro y que no te deja ser feliz. Has estado tan ocupada queriendo ser la mejor policía, que has descuidado a la Sara amiga y a la Sara..... -no sabe que decir, porque no sabe que son Lucas y Sara. El uno para el otro son lo más importante del mundo, pero su relación está en punto muerto, y probablemente no es el mejor momento para definir cómo están- a la Sara de Lucas.

Sara sabe que tienen razón. Ha estado tanto tiempo preocupada en esquivar a Lucas para no volver a sufrir, que se ha olvidado también de vivir. Solo intentaba evitar un daño irreparable y al final ha conseguido justo lo contrario. Se disculpa con Luna y cuando va a hacer lo mismo con Lucas, su amiga dice que se va, que se deben un rato a solas sin miradas indiscretas.
Sara quiere explicarle muchas cosas, pedirle perdón, mostrarse tal y como es, pero Lucas no la deja. Solo quiere mirarla a los ojos en silencio, porque por fin puede ver en ellos, que Sara ha roto su coraza, para volver a ser feliz.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

que bonito ah qu ebuena es luna m ha encnatado pero queria hot

clara

Anónimo dijo...

Que bonito!! Habeis conseguido que se me salten las lágrimas

Cri_s

Anónimo dijo...

Siento el retraso de todos los comentarios pero la verdad es que no he tenido ni ganas de teclear pero bueno ya estoy mejor y aquí estoy dando la vara y poniendome al día.
Genial el relato !!! como el amor puede llegar hacer ver cosas que no son y desde luego esta Sara celosa me encanta...pero está visto que lo mejor es hablar todo para salir de la duda.Me ha encantado!!!!

Un besazo niñas.

Ayla