Se siente inquieta, ese sentimiento no le gusta y mientras va caminando junto a su marido, se frota las manos incomoda. Esta nerviosa, este evento le produce una ansiedad y una desazón que no alcanza a comprender. Esta segura de no tener motivos para sentirse así, así que atribuye el malestar que siente a tener que acudir a la fiesta cuando no le apetecía nada hacerlo. Hasta unos días antes pensó que podría librarse de asistir, pues a Vladimir iba a acompañarlo su hija Shasa por motivos de trabajo, y este hacia todo lo posible para que ellas se vieran y se soportaran lo menos posible, pues de todos era sabida la antipatía que su hijastra le procesaba, la cual no dudaba en mostrar desde que tenia la mas mínima ocasión.
Los minutos transcurren y el experto en planos sigue sin aparecer. Vladimir tan solo lo conoce por referencias, ni una foto, ni una descripción, ni nada. Es por ello que debe esperar que sea este quien se acerque a el, lo que debería haber sucedido hace ya algún rato, y no al contrario, lo que lo hace estar alerta y enfadado. Enfado que intenta disimular charlando cortésmente con los invitados, y hasta con el mismísimo embajador.
Cuando Lucas se convence de que solo ha sido un lapsus pasajero, vuelve al salón, y como si el destino estuviera confabulado en su contra se la encuentra, nada mas entrar, frente a el, con una copa de champán en la mano. Inevitablemente, al verla de nuevo, su cuerpo vuelve a reaccionar, se queda embobado mirándola y totalmente embrujado camina despacio por la sala hasta llegar al área donde están conversando los invitados; se queda de pie observándola incrédulo, aturdido y desesperado, intentado encontrar algún motivo para sentirse así, y sigue mirándola cuando los ojos de ella, sin querer, se topan con los de el.
Katia reacciona impresionada, y si percatarse siquiera, baja la vista avergonzada, nadie, jamás, la ha mirado como el la esta mirando ahora, y ella, que ni siquiera es una mujer tímida, se ruboriza ante su presencia. No sabe quien es el, no lo ha visto nunca, lo cual es extraño, pues Vladimir y ella son asiduos asistentes de esos eventos. Consternada intenta no volver a mirarlo pero siente que los ojos de el la llaman insistentes, es un hombre muy guapo, quizás un poco triste y al levantar la vista y encontrarse otra vez con la de el se sorprende, sus ojos, que momentos antes le habían parecido confundidos, ahora resuman deseo. E irremediablemente vuelve a ruborizarse.
Durante unos minutos, ella, con los ojos pegados al piso, se niega a mirarlo si bien siente la mirada de el quemándole la piel. No quiere mirarlo, no quiere hacerlo pero finalmente levanta la mirada y lo mira, y al hacerlo el le sonríe con la sonrisa mas bonita y sagaz que ha visto en su vida. Quiere apartar la mirada pero sus ojos son como dos imanes atrayendo los suyos y observándolo vuelve a sentir la extraña sensación que lleva inquietándola todo el día, si creyera en ello pensaría que es algo así como un presentimiento, pero eso es ridículo, un presentimiento de que o por que.
Mirándola, por un instante, se olvida del motivo por el que se encuentra en ese salón atestado de gente, se olvida del sufrimiento y el martirio que lo han acompañado durante los tres últimos años, de su venganza, del Kaiser y de Vladimir Pushkin, hasta que lo observa agarrar por el brazo a la mujer que tanto lo ha atraído y susurrarle algo al oído de forma posesiva mientras, sujetándola por el codo, la guía al otro extremo de la estancia.
Vladimir, no se ha percatado del cruce de miradas y Katia esta tan absorta en los ojos de Lucas que hasta que su marido no se acerca a su oído para hablarle no recuerda por que y con quien esta ahí. Y tampoco hasta ese momento es consiente del peligro que corre el hombre ese al mirarla así, por lo que rehuye su mirada y se deja guiar por Vladimir a través del salón.
Lucas la sigue, con la mirada, mientras ella camina al lado de Vladimir y esa imagen le quema las retinas mientras, los celos, le nublan la razón. Al ver como ese hombre la lleva de la cintura, una salvaje oleada de celos y de deseo vuelve a sacudirlo entero, de arriba abajo. No puede dejar de mirarla y al hacerlo las emociones se le intensifican de manera incontrolable, esta totalmente confundido. Unas intensas ganas de golpear al que la toca le comprime las entrañas hasta hacerlo, casi, retorcerse de dolor mientras siente la sangre corriéndole por las venas como fuego liquido.
Desconcertado, respira hondo intentando calmarse, intentando centrarse…. por que siente como si tuviese derecho a sentirse así. Como si fuese suya esa mujer. Y dispuesto a comprobar lo que demonios le pasa con esa mujer, camina tras ellos decidido. En su camino no ve nada ni a nadie, solo una idea le ronda la cabeza, conocer y hablar con esa mujer y, agazapado tras una columna, espera que se quede sola para hacerlo.
Parece que la espera es infructuosa. Va pasando el tiempo y Lucas, contrariamente a lo que dicta el procedimiento, tiene otro whisky en la mano, es el tercero de la noche y su humor se va agriando por momentos. Sabe que debería acercarse a hablar con putskin, que debería establecer contacto ya, pero también sabe que de hacerlo ya no va a tener oportunidad de hablar, a solas, con la mujer que lo acompaña la cual cree, equivocadamente, su hija.
Vladimir y Katia hablan con todo el que se acerca a ellos, Lucas, escucha de lejos, que la llaman Katia Pushkin, y se sorprende de la causalidad. Es el motivo por el cual esta ahí esa noche aunque, hasta que no volvió a escuchar su nombre no recordó lo que en realidad había venido a hacer allí. Como era posible que se distrajera en medio de un operativo, que demonios le estaba pasando?
No puede ser, esa mujer lo tiene completamente descontrolado y ella no tiene ningún derecho a meterse en sus pensamientos y usurpar un lugar que no le pertenece, el lo sabe pero aun así espera detrás de la columna mientras Katia habla con diferentes personalidades irradiando encanto y glamour, intrigándolo mas y mas.
Cuando la ve dirigirse a los servicios, tan solo acompañada por un guardaespaldas, se decide a seguirla y a colarse en el servicio de señoras para hablar con ella. Camina deprisa entre los invitados y cuando la alcanza, ya dentro del baño, la agarra del codo intentando llamar su atención. Al sentir el calor de esa mano Katia casi se muere del susto, no lo ha visto pero sabe a ciencia cierta que es quien esta tocándola, su corazón al contacto de su mano con su piel desnuda late descontrolado, pareciera que una descarga eléctrica los acabase de sacudir a ambos y esto Lucas también lo nota y aparta la mano presuroso y confundido.
Katia, asustada, se vuelve hacia el, dispuesta a explicarle que ella es una mujer casada y que puede ni debe acercarse a ella, pero no llega a pronunciar ni una sola silaba. Cuando lo tiene enfrente se siente desfallecer de la impresión que le causa. En un momento emociones desconocidas para ella la asaltan sin poder evitarlo, por un parte siente que conoce sus ojos, reconoce su olor y se deja embriagar por el, pero solo por unos instantes. Los que tarda su hijastra en entrar al servicio buscándola.
Sa: Katia…. Papa esta esperandot…. –se interrumpe al ver a Lucas con su madrastra- Vaya, que interesante!
Ka: Sasha, Yo –intenta no parecer culpable y precisamente por intentar no parecerlo, lo parece- vamos.
Sa: Y no nos vas a presentar?
Ka: No, yo no conozco al caballero…. –intenta abrirse paso entre Lucas y Sasha, sabe de lo que es capaz su hijastra y teme por el- Permiso.
Sa: Disculpe a mi madrastra…. –sabe que Katia todavía puede oírla aun habiendo salido del servicio pero no le importa- Se muere por volver con mi padre…. soy Sasha Putskin.
Lu Su madrastra? -otra vez vuelve a sentir la misma sensación de posesión que lo confunde- La esposa del señor Pushkin?
Sa: La misma, y yo soy su hija… lo conoce?
Lu: Todavía no, pero espero conocerlo en breve, soy Víctor Mendoza… -intenta calmar el temblor de sus manos, saber que ella es su esposa lo ha conmocionado- y tengo una cita con el.
Sa: Es un placer señor Mendoza, venga conmigo –con descaro se aferra a su brazo- le presentare a mi padre.
Cuando los ve aparecer del brazo y dirigirse hacia ellos, la ansiedad y la angustia se apoderan de ella. Algo se trae Sasha entre manos y no es precisamente bueno para ella; Al verlos acercarse un presentimiento se le instala en el corazón. No es común que Sasha presente a sus conquistas la primera noche, y ella estaba cuando su padre le dio las instrucciones a seguir sobre el experto en mapas que iban a contactar. Y por su sonrisa de satisfacción, saltaba a la vista que este trabajo a su hijastra se le iba a tornar, muy placentero.
Katia apenas escucha la conversación. Una emoción desconocida, y difícil de definir y de controlar, para ella, la confunde y aunque permanece tranquila en sus ojos se lee claramente el desprecio que siente hacia lo que esta viendo. Ha visto muchas veces a Sasha tender sus redes hacia los más ingenuos incautos pero definitivamente nunca los ha visto caer con tanta facilidad.
Esta cansada, el ambiente se ha vuelto denso por momentos y apenas puede respirar. Susurrando un murmullo de disculpa se aleja de ellos y camina hacia la terraza sin que nadie, concentrados todos en negocios, excepto Lucas y su guardaespaldas, se den cuenta de su ausencia.
Nerviosa camina por la terraza con pasos intranquilos. Hasta ahora, nadie la había confundido ni impresionado de esta manera. Que le esta pasando, por que reacciona así.
Lo oye acercarse y como en los servicios sabe que es el mucho antes de que llegue a su altura y pronuncie su nombre. Perturbada, siente otra vez, la extraña sensación que ha estado mortificándola toda la mañana vuelve a manifestarse. Y esto lo pone tan nerviosa que oye el latido de su corazón como si fuese un sonido externo, como si alguien estuviese tocando a su lado un tambor. No entiende nada, a la vez que nerviosa, esta asustada, aunque no comprende de que. No sabe que va a pasar pero esta seguro que va a pasar algo. La inquietud que la embarga no es lógica, no es normal. es un hombre, solo un hombre e intentando convencerse de ello, con una mascara de indiferencia, le pregunta que quiere de ella.
Lu: Señora –sin nadie alrededor se permite el lujo de observarla despacio- vengo a disculparme por lo del servicio…. Siento haberla puesto en un compromiso. Soy Víctor Mendoza.
Ka: Señor Mendoza, no se si conoce realmente a mi marido pero, esto que esta usted haciendo es una temeridad…. Es la segunda ves que se me acerca esta noche poniéndonos en un grave aprieto a los dos, dígame de una ves…. que desea de mi?
Que, que deseaba de ella? Todo, lo quería todo, deseaba su cuerpo, anhelaba un beso de su boca, una caricia de sus manos, pero sobre todo se moría por conocer el contorno de su rostro sin la mascara que llevaba, saber que incógnita escondían sus ojos, su ingenua mirada, pero sobre todo deseaba saber por que le resultaba tan extrañamente conocida, tan dolorosamente familiar, tan absurdamente suya.
Lu; Yo…-Acerca su mano para tocarla pero a medio camino la deja caer, Tranquilizante Lucas, tranquilízate, piensa en el operativo, piensa en Sara, piensa en ella- Lo siento.
Impresionado y cohibido, algo muy extraño en Lucas Fernández, se da la vuelta y abandona la terraza, de vuelta al salón. Ninguna mujer, por bonita que sea, merece el lugar de su Sara. Y mucho menos en medio de una operación Internacional, para capturar al marido de la misma y asesino del amor de su vida. |
11 comentarios:
me encanta este relato, asi cm tu forma de escribir y espero que lo continuues pronto. besitos. Tiby
Tiby gracias... que haces despierta a estas horas? vale que en las islas es una hora menos... y que yo esa hora menos la aproveche pa escribir, pero chacha.... que son las cuatro de la mañana, jeje.
Besotes.
Me alegra que sigas con las historias de lucas y sara por que son preciosas, creaciones inimaginables y autenticas, sacadas de vosotras o bueno ahora de ti.
Un besazo wapa y enorabuena es excelente.
Himara, sigue, porque quiero que la vea sin la máscara que oculta su rostro.
Y oye nena ¿que es eso de estar tu también levantada a las cuatro de la madrugada? ¿ya empezamos?
Un beso. Blue.
¿ Qué pasará cuándo se vean sin máscaras ?
Gracias por seguir la historia.
Un beso.
Himara .Que qué me parece???,me parece precioso....Lo has escrito perfecto guapa ,estoy deseando saber más...que pasará cuando se vean realmente? Sara recordará esa cara?? Porque está claro que el solo contacto de sus pieles ya lo reconoce y su olor...
Un relato precioso que me ha alegrado el martes ,ahora espero poderlo mantener alegre con el capitulo de esta noche....
Un besazo y mil gracias princesa!!!
Lluvia
Himaraaa por favor!!! que sepa que es Sara, su Sara. Dios!!! cómo me gustaaaa jajajjaaj genial cielo, lo has bordao.. qué cosa más bonita y con tanto amor. Quería dejarmelo para más tarde, a esas horas que la lectura me encanta pero no he podido, entraba y me iba hasta que he dicho: Ahora!!! que lo mismo a la noche las lágrimas no me dejan jajajajja eso es bromaaaa. Precioso niña, un besazo y gracias.
Ayla.
Precioso, Himara.
No sólo es el estilo, que también , es cómo nos transmites sentimientos, emociones...
Gracias por regalarnos un trozo más, princesa.
Gracias por continuar.
Un beso.
Adriana
ayyyyyyyyyyyyy Himara que ando un poco liada y hacia unos dias qu no me pasaba por aqui.Niña que bonito escribes,me pones la carne de gallina.Gracias por seguir haciendonos soñar.Cuidate mucho y ya se que no tienes tiempo , pero cuando puedas continualo , que esta super interesante.Un beso cielo.
CHIQUI.
hola guapaa!! no te conozco pero neni tu pedazo historia mola un montonn :) me has enamorado tia con esa historia...;) es preciosa y espero q la sigas eh xDD! jo esque me he enganchao xD!bueno neni solo era eso...que escribes al pelisimo un besito guapisima :)
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