06 agosto 2008

Vivir sin ti: Por ejemplo

Quizás tendría que salir de allí y no escuchar más. Quizás sería lo mejor para el bien de su salud mental, para su corazón herido. Quizás lo que escuche le deje aún más "tocado" de lo que anda últimamente. Pero permanece quieto en el sitio, rezando para pasar inadvertido, para que ellos no descubran que un testigo involuntario escucha todas y cada una de sus palabras mientras se lo llevan los demonios.

- De verdad que me encantan -intenta poner cara de alegría. Lo dice sin mirarle, intentando ocultar la decepción que no puede evitar sentir en este momento para no hacerle daño a él, para seguir engañándose a sí misma.

- ¿En serio? No sé, había por todas partes, de todos los colores, de todas formas y tamaños. Espero haber acertado –dice entre avergonzado y orgulloso al ver en su cara algo parecido a la… ¿felicidad?

- Gracias Gonzalo, son preciosas, y huelen…… Las rosas son casi, casi, mis flores favoritas -su cara lo dice todo, está feliz por haber encontrado esas flores en su taquilla. Al principio creyó que había sido Lucas el que las había dejado ahí hasta que leyó la nota y no pudo evitar sentirse decepcionada. Es un bonito detalle, la nota es preciosa, las palabras justas, pero no vienen de la persona que ella esperaba, quería que viniesen. Tan simple como eso. Pero aún así, que alguien como Gonzalo se haya fijado en ella, le hace sentir de nuevo querida, admirada, valorada y eso le hace sentir bien.

-¿Casi casi? ¿Y cuales son tus favoritas?

- No voy a ponértelo tan fácil Gonzalo -coquetea ella con descaro -Al menos no de momento -"¿Qué estás haciendo Sara?" se pregunta confundida incapaz de cortar el flirteo. No se reconoce a sí misma, o quizás sí, pero no en la Sara de ahora, sino en la de hace mil años, la que tonteaba y jugaba hasta volver loco a... bueno, a el. Ahora se supone que ha crecido, que ha madurado, ahora ya no hace esas cosas, ahora busca algo más ¿o no? ¿Acaso ahora sabe lo que quiere, lo que busca?

- Lo tendré que averiguar yo solito -es un tonteo en toda regla. Ambos lo saben y se dejan llevar, los dos. Sara también. Aunque la imagen de Lucas se le aparece continuamente y casi siente que le está engañando- Oye Sara, ¿lo de esta noche sigue en pie?

Se sienta desconcertado intentando no hacer ruido en la taza del water ¿Qué significa esto? No, en serio ¿Qué coño significa esto? El imbécil de "Gonzalo", porque desde cuando Montoya pasó a ser Gonzalo para Sara? ¿El imbécil de Gonzalo está tirando los tejos a su mujer, SU MUJER, delante de él? Vale que ellos no saben que el ya estaba dentro de una de las cabinas cuando ellos llegaron, pero coño, podría ser cualquiera. Están en el vestuario tonteando como quinceañeros. Si por él fuera saldría en este mismo momento y le partiría la cara a ese capullo por meterse donde no le llaman, por mandarle flores a una mujer casada, por estar aprovechándose de que ella está pasando una mala racha con su marido, que casualmente lo está escuchando todo, para entrarle a saco. Si por él fuera le pateaba el culo, le enseñaba a… si por él fuera…

Margaritas. Esas son las flores favoritas de Sara. Él siempre se las regalaba en sus cumpleaños, en los momentos especiales, el día que la veía más triste, cuando necesitaba arrancarla una sonrisa. Él si que sabe que es lo que le gusta a Sara, y no Montoya, que ni siquiera la conoce un poco.

- Claro que sigue en pie –Sara se ha tomado su tiempo en contestar, justo el tiempo necesario para recordar que solo es una mujer casada porque lo dice un papel, por nada más. Tiene que recordar como Lucas no ha hecho nada para acercarse a ella desde que se marchó de casa, para obligarse a sí misma a darle una oportunidad a Montoya. Vale, no es el tío más divertido del mundo, ni el más fascinante, ni siquiera se parece ni un poquito a Lucas, pero… pero Lucas hace tiempo que ha quedado atrás…. O debería.


- Me alegro –le regala la estudiada sonrisa, ideal para estas ocasiones, mientras en su cabeza imagina cómo será la cita, dónde será y como acabara. Perfecta, básicamente perfecta –a las nueves paso a por ti preciosa –y guiñándole un ojo se marcha del vestuario dando un pequeño salto que a Sara no le pasa inadvertido. Ojala ella pudiera estar tan feliz por tener un plan después de tantos meses.

Se mira al espejo mientras se desviste. Hoy no se ve nada bonita. En el reflejo que le da el espejo busca las arrugas inexistentes de su rostro, las imperfecciones, las huellas que va dejando el tiempo. Ensaya una sonrisa tranquila, dulce. Busca la máscara idónea para poder ponerse esta noche cuando salga con Gonzalo. No quiere ir a la cita, no le apetece, pero sabe que tiene que seguir adelante, olvidarse de Lucas, aceptar que realmente no se trata de una mala racha ente una pareja, sino la separación definitiva, el mismo sueño roto al que se enfrentan miles de matrimonios cada día.

- No te mires tanto al espejo niña, que te vas a desgastar. Además, hoy no estás demasiado guapa como para que te admires tanto -Sale del baño e intenta aparentar una tranquilidad que no siente. Está cabreado, mucho. Tanto como no recuerda haberlo estado nunca. Pero por nada del mundo va a dejar que ella lo note, jamás. En la puta vida. Ella no tiene porque saber del nudo en el estómago que se le ha formado al oírla hablar con Gonzalo, del enorme vació que siente ahora en el pecho. La rabia y el miedo que siente ahora, la rabia de sentirse el responsable de haber perdido a la única persona que ha amado y el miedo, atroz, fiero, un miedo que le atenaza y le bloquea, el miedo de no volver a tenerla en su vida, el miedo a que ella sea más feliz sin él que lo que lo fue a su lado.

- ¿Qué haces aquí Lucas?

- Vaya, vaya Sara. –se lleva el dedo índice a la sien irónicamente- Además de cuidar el exterior deberías trabajar un poquito lo de dentro, eh?? A ver si ahora te vas a convertirte en la típica rubia tonta. Venga, tú solita y por un bote de un millón de euros, ¿qué puede hacer un policía en un vestuario de una comisaría? Tiempo!! Tic, tac, tic....

- Muy gracioso. Mucho. ¿Que quieres ahora? Te aplaudo o te echo unos euros. Tu tan gracioso como siempre. Ahora si me perdonas me estaba cambiado.

- No, si a mí no me molesta.... -Sara espera que Lucas se marche para seguir cambiándose, pero él no tiene ninguna intención de ponerle las cosas tan fáciles. Se sienta muy cerca de ella y la observa. Observa su cuerpo semi desnudo, se recrea en sus brazos, en la curvatura de su vientre, en la suavidad de la piel que tanto ha añorado. Quisiera perderse en ella en este momento, olvidar que hace un momento Sara ha pasado página definitivamente a su matrimonio. Quisiera que todo fuera como siempre, que él aún pudiera verse reflejado en su rostro, cobijado por su cuerpo.

- ¿Te puedes ir por favor?

- No, no puedo. Este es un vestuario mixto. Así que puedo estar en él ¿O acaso te molesto?? Con Montoya antes no se te veía tan molesta ni tan pudorosa, ¿eh Sarita??

- No me llames Sarita. No vuelvas a llamarse nunca más en tu vida Sarita -S.a.r.i.t.a. Sa-ri-ta. Saaaaaaarita. Su nombre en labios de Lucas suena distinto, como si cada letra volase haciendo ruido. Parece música. Cada vez que él dice su nombre nota como su piel se eriza. Eso ni los años lo puede cambiar. Se sorprende del enorme poder que él sigue ejerciendo sobre ella.

- Uyyyy, Sarita, ¿de donde has sacado ese genio?. Parece que tú también tuvieras un palo metido en el culo como tu novio Gonzalo. Dime rubia, ¿cuánto tiempo hace que no sonríes? ¿Tú también quieres llegar a ser la comisaria de San Antonio o te conformas con ser la policía con más proyección… blablabla...?

- Que un policía no sea un torpe y la esté cagando continuamente, haga su trabajo bien y no esté todo el día haciendo el gandul no significa que tenga un palo en el culo. Pero claro, tú no puedes llegar a entender eso...

- No, si ahora resultara que el imbécil este es Don Perfecto 2008 y yo no me he enterado. Vamos Sarita...

- Que no me llames Sarita!!!!

- Este tío es un imbécil y pegáis tanto como..... Vamos, que no pegáis una mierda SARITA. No pierdas el tiempo con él, no es un hombre para ti.

- ¿Y quién lo es? ¿Tú?

- Por ejemplo - ÉL. Eso es él. Su hombre, su marido. Solo él sabe que sus flores son las margaritas, que nunca se acuesta sin haberse cepillado el pelo y que desea con todas sus fuerzas ser la mejor policía del mundo. Él nació para estar con ella, y solo necesitan tiempo para volver a ser lo que fueron antes. Tiempo, y que ella no salga con idiotas a cenar.

- Me gusta Gonzalo - no le mira, pero le intuye. Le conoce casi mejor que a sí misma, y puede imaginar la cara que va a poner cuando escuche todo lo que quiere decirle. Quizás así aprenda a no espiar conversaciones ajenas- Es agradable, simpático. Tiene tiempo para mí y siempre está pendiente de como estoy, de si necesito algo. Es decidido, amable. Se preocupa por sorprenderme, por entenderme. No está continuamente dependiendo de nadie como tú lo haces con Mariano y mi padre. Tienen opinión propia ¿Sabes que es eso? Se comporta como un adulto. No sé.... además, es muy guapo.

- Sara...... –la mira confundido, dolido, todas y cada una de las palabras que han salido de su boca se le han clavado en el corazón, provocando una herida en él. No, no es el ego lo que le duele, no le importa, demasiado, que Sara crea que otro tipo es mejor que él para ella, no. Lo que le duele, es la indiferencia, la maldita indiferencia con la que ella lo cubre todo. Le da igual, parece que ya no le importara hacerle daño con cada una de sus palabras. Le es indiferente saber que él la echa terriblemente de menos. Todo lo que tenga que ver con él le da igual, y eso, eso es duro de aceptar.... -Sara, ¿ya no estás enamorada de mí? ¿Ya no me quieres? -no quería preguntar eso. No después de haber escuchado todo lo que ha dicho de Gonzalo. Pero sus labios, autómatas y rebeldes, hacen la última pregunta que debería haber hecho, porque nada le da más miedo en este mundo, que saber que ella ya no siente nada por él.

10 comentarios:

sRta. roCk&roLL dijo...

hoola!
bueno me has dejado impresionada con el texto, de verdad, espero que no te sientas ofendida, pero no quiero que pase eso nunca!
sarita y gonzalo..no por dios! xD

bueno que enhorabuena que escribes genial y que sigas asi


un beso enormee

maRiina

Anónimo dijo...

pero weno! estos son formas de dejarnos??? continuenlo pronto porfavor!!! nO tarden!!

tiby

Anónimo dijo...

¿Como ya tenemos crisis matrimonial y aun no hemos visto ni la boda?.Niñaaaa, pero que remetadamente mala que eres,anda no los hagas sufrir tanto por favor.
Gracias por escribir tan bien como escribes.
Besos para las princesas.

CHIQUI.

Anónimo dijo...

Bfff, se sale este relato!!
No tarden en continuarlo por favooor!


BeZzoooooooos***!!!

Anónimo dijo...

Laurys, no lo he leido porque me temo lo peor por los comentarios jajajajaj y como tengo que estar relajadita.... cuando llegue casa me lo leeré Jjajajajj no seas mala como dicen por ahí y no empecemos... Un besito corazones.

Ayla.

Anónimo dijo...

Pero... serán tontos los dos? Se siguen queriendo y no hacen nada... nos toca sufrir de nuevo hasta que alguno se decida, pero creo que el que va a sufrir más es Luquitas porque tiene unos celos de aupa.A jugar al ratón y al gato, a ver quién es el más fuerte.

Besos Princesas!!! que me teneis ya de los nervios con las desavenencias Jjajajajajaj y no tardeis mucho en continuar...

Ayla.

Anónimo dijo...

Quiero más, porque quiero saber como estos tontos enamorados van a acercar posiciones, aunque me da que todavía se van a llevar algún que otro susto ¿ me equivoco ?

Un beso.

Adriana

Anónimo dijo...

No hay peor ciego que el que no quiere ver.....vaya dos ,los dos enamorados,los dos deseando estar juntos y los tontos alejándose cada vez más....
Supongo que la respuesta de Sara será que claro que lo ama...que nació para amarlo y que jamás podría amar a nadie más, ni ser feliz con nadie más...son el uno del otro y se pertenecen por y para siempre...Pero vosotras nos lo pondreis más dificil verdad???? que os conozco y me dais un miedoooooo ejejejjejej,pero me encantais,me encantan vuestras historias y ese cariño que le poneis a todo.

Un besazo de los grandes princesas.

Lluvia.

Anónimo dijo...

¿Rosas? nada, nada, aqui no hay futuro, donde esten las margaritas, tan blanquitas ellas..... y eso solo lo sabe Lucas. Voy a enviarle al madero zumbado la direccion de una floristeria para que le envie un ramo de margaritas a Sara y le quite la tonteria de encima.

Anónimo dijo...

Precioso, como todo lo que escribís.
Pobre Lucas, a ver si no le dura mucho el sufrimiento, que me da que la respuesta de Sara no va a ser tan efusiva como la que supone Lluvia.
Gracias por dejarnos este regalito en agosto.