04 octubre 2007

¿Te acuerdas de aquel día?

-No sé cuanto tiempo estuve detrás de la puerta decidiendo si pasaba o no pasaba. Aquella era la decisión más importante que iba a tomar en mi vida, y quería tomarla estando totalmente seguro. Pero todo lo que encontraba eran impedimentos salvo aquella fuerza que se había apoderado de mi cuerpo tiempo atrás y que me empujaba a entrar. Todo estaba en contra, mil razones a una. Pero finalmente ganó el deseo y el amor que sentía y entré por aquella puerta.
Te vi de espaldas barriendo en silencio. Tentado estuve de salir pero decidí que si había llegado hasta allí no podía acobardarme ahora.
Pero tenía tanto miedo. Darte aquel regalo significaba darte mi corazón y decir a alguien, por primera vez en mi vida, que estaba enamorado y que sería capaz de cualquier cosa por ella. Y de verdad lo sentía, pero la primera vez cuesta mucho decirlo.


-Cenicienta. Ya han dado las doce -¿Qué podía decir en ese momento? ¿Cómo decirte que quería entrar en tu vida pero despacio, esperando que llegase el momento adecuado?
-Es que yo ni calabaza ni carroza ni hada madrina ni nada… ¿qué es eso?
-¿El qué?
-Eso.
-¿Esto? Esto es un regalo que tendrás que abrir dentro de un año, dos meses y cinco días

Y me lo quitaste de las manos. El regalo que tanto me había costado entregarte me lo quitaste de las manos igual que hacía tiempo me habías quitado el corazón.
-Cierra los ojos. Ciérralos. Dame tu dedo. A ver donde nos llevan mis ahorros… Madagascar, África. Me gusta
-¿Te gusta?

Y así empezó el sueño de Madagascar. El sueño de macharnos juntos a cualquier lugar del mundo donde nos dejaran ser felices.
Y mientras nos besábamos, solo podía pensar en cómo hacías para que todo resultase especial a tu lado; para que yo, después de tantas dudas, hubiera dicho que te amaba sin decírtelo como si fuera lo más normal del mundo; para que una simple bola del mundo ahora significara tanto para nosotros.

-¿Cómo consigues eso Sara?
-¿El qué?
- Pues volverlo todo especial.
-Yo no hago eso
-Claro que sí… ¿Recuerdas aquel día en los Cachis?
- ¿Cómo no acordarme Lucas? Ese día por fin supe que tú me amabas tanto como yo te amaba a ti.

-Espera… todavía está tu padre. Pero bueno, digo yo que un beso así en la comisura tampoco es una cosa…
- Es como un adelanto.
-Claro
-¿No? En caso de urgencia se puede pedir un adelanto.
- ¿Te vas a fundir los ahorros de un año, eh?

- Quería hacer las cosas bien. Pero cada vez que pensaba en ti más difícil se me hacía tenerte tan lejos. Solo quería estar contigo y poder vivir momentos como aquel…
- Fue una época bonita, ¿verdad Lucas? Vivir nuestro amor a escondidas, diciéndonos que nos queríamos sin palabras, buscando cualquier momento para estar juntos sin que nadie nos viera…
-Como ahora Sara. Han pasado muchos años, pero nuestro amor siempre será especial, porque dicen que el primer amor nunca se olvida por ser el más bonito…

1 comentario:

Anónimo dijo...

ese momento cenicienta si que es pa guardarlo en un cuaderno de recuerdos y no un pañuelo lleno de mocos de pollo-moco!!!!!

rayma...en lucha constante con el blogger.....