
Hacia mucho tiempo que mi viejo diario cogía polvo en la estantería sin que le hiciera el menor caso. Me lo regalaron hace años, y jamás sentí la necesidad de escribir algo en él. Hasta ayer. Primero comencé a hacerlo en el blog, pero con las primeras palabras empecé a sentir que un ordenador era algo demasiado frío e impersonal para todo lo que yo quería contar.
Lo abrí con cuidado y comencé a escribir mientras recordaba algunos de los momentos más maravillosos que he vivido con él. No sé porque lo hice; sigo empeñada en vivir alejada de él, pero en cuanto me descuido, cualquier recuerdo me asalta y me pongo nostálgica.
Recordé todas aquellas cosas que solo nos pertenecen a nosotros y volví a sentirme muy cerca de él. Volver a recordar todo lo vivido, me ha hecho darme cuenta de que siguen vivos en mí, sentimientos que me he empeñado en olvidar. Pero no puedo obligarme a no sentir, como tampoco puedo pedirle a mis manos, mi boca, mi cabeza, mi ojos, mi voz,… que no le vuelva a recodar.
“¿Puedo quedarme aquí cinco minutos?”
Toda la familia en el salón y él me pide estar conmigo a solas. Cuanto habría dado porque esto hubiera pasado un año antes.
Esos cinco minutos antes, nos daban para mucho.
En cinco minutos me dijo una vez que podría ser yo. También en cinco minutos sentimos caer la lluvia sobre nuestros cuerpos, en la corrala, mientras nos mirábamos y nos sentíamos más unidos que nunca. Solo bastaron cinco minutos para darnos el primer beso, y utilizamos cinco minutos para darnos besos con las mirada rodeados de gente en muchas ocasiones después. En cinco minutos, le dije una vez que yo siempre le esperaría, y esos mismos minutos sirvieron para que Lucas le dijera a Silvia una vez que estaba loco por mí.
El otro día cinco minutos, no fueron cinco minutos, fueron trescientos segundos que no querían seguir avanzando en el reloj. Cada segundo pesaba como una losa sobre nuestras cabezas y cada uno deseaba que ese momento durara lo menos posible
¿En eso nos hemos convertido, en dos extraños que no saben de que hablar? ¿Toda nuestra historia se resume a cinco minutos de silencios incómodos, de palabras no dichas, de besos no dados, y de miradas perdidas?
No...
Me resisto a reducir lo nuestro a eso. Porque sigo recordando todo lo que hemos vivido con una sonrisa……. a pesar de todo. Y porque a pesar de todo, creo que siempre le amaré. Siempre lo ha sido todo para mi, siempre hemos sido uno y quizás, siempre seguirá siendo así.
1 comentario:
Muy bonito chicas! :)
Para la cantidad de cosas que dan 5minutos..
Publicar un comentario