El blog de Lucas. Seis meses después

Ya no recuerdo hace cuanto. Sara tendría unos 5 ó 6 años cuando Lola me dijo que era igualita a mí. “Tan cabezona como tú y con tu mismo arrojo”
Siempre lo he sabido, y como yo, todos los que la conocemos. Sabíamos que Sara no iba a conformarse con la barra de un bar, Sara no está hecha de esa pasta.
Se propusiese lo que se propusiese ella lo iba a conseguir. Y no me extraña que haya decidido ser policía. Lo tiene todo para ser la mejor: la fuerza, el empuje, el instinto y…… y los huevos. Sí, Sara tiene huevos para ser eso y más. Que se preparen los de ahí fuera porque cuando ella se ponga firme…

Pero joder, me da miedo. No quiero que ella vea todo lo que he tenido que ver yo desde que soy policía. La miseria, el daño, la verdadera bajeza del hombre. Cuanto cabrón anda suelto por ahí fuera. Si Sara supiera lo que hemos visto… aunque estoy seguro que de saberlo, le daría igual. Quiere ser policía y lo será. Y no es que yo no quiera que lo sea, que no es eso. Es que me da miedo que lo sea. Porque Sara tiene una familia que le va a estar esperando a que regrese con el corazón en un puño por el miedo de no saber si volverá. Yo no tenía eso, pero Sara sí. Y Sara me tiene a mí, que siempre, siempre, la estaré esperando. No soy de los que esperan en casa, no podría esperar a que ella volviera. Siempre tendría que ir a buscarla, y eso Sara, jamás me lo perdonaría.

Sé que Paco hará lo que sea por quitarle la idea de la cabeza. La del cadáver, la de las pinzas incluso, cuando vea que Sara insiste mucho, la del violador violado. Pero ambos sabemos que ella no valen esos juegos, porque ella tiene muchos más huevos que él y yo juntos.

Sara, mi niña, ahora convertida en policía. No podía haber sido de otra manera... Si pudiera decirle lo orgulloso que estoy de ella. Pero se me han acabado las palabras. Después de seis meses echándola tanto de menos que a punto estuve de ir a la academia y secuestrarla y llevármela a la Conchinchina, después de eso la veo por fin y el hola y la cara de gilipollas fue lo único que enseñé. Bueno, joder, y un cuánto tiempo. Vaya pedazo de actuación. Seré imbécil. Ahora ella no solo pensará que soy el idiota que la dejó tirada a nueve horas de su casa sola, sino que también seré el idiota que no sabe pronunciar más de tres palabras seguidas. Aunque quizás sea cierto lo que le dije a Paco ese día, quizás ya a Sara todo esto ya le importe una mierda.

El segundo encuentro fue aún peor. Su cara de asustada fue…. ¿¿qué coño hacía Sara allí? Joder, que todavía no es policía. Le llega a pasar algo, la rubia pegajosa le llega a hacer algo y no respondo, Juro que no respondo.

Sigo con la misión. Qué asco de misión ¿y para esto quieres ser policía Sara? ¿Para estar seis meses fuera de casa y acabar disparando a la cabeza a un compañero? Sigue el consejo que me dio mi padre un día, hazte funcionario, pero de los de verdad, de los que no trabajan, eso si que es vida. Yo entonces no le hice caso. Tú tampoco lo harías. No estamos hechos para eso, ninguno de los dos.

Yo solo quiero estar con ella y que me diga de una vez que me perdona por lo de Madagascar ¿Por qué nos empeñamos tanto en hacerlo tanto tan difícil? ¿Por qué nos hemos pasado media vida corriendo uno hacia el otro y cuando por fin conseguimos juntarnos no hemos dejado de correr en dirección contraria?