Esperando que llegue Lucas se queda dormida en el sofá. Lleva días muy cansada y aunque necesita descansar más que nada ahora mismo, quiere compartir un rato con él.
Cuando le ascendieron a subinspectora de policia, jamás pensó que el trabajo se iba a multiplicar en tan poco tiempo, y ella que pensaba que Lucas se había dedicado toda la vida a lucir palmito en la comisaría...
Muchos operativos los lleva ella casi completamente y aunque su trabajo la llena y la hace muy feliz, siente que le falta algo. Esta no es la vida que soñó, al menos no del todo. Siempre quiso sentirse valorada por su trabajo, ser una mujer capaz y libre, una mujer "de hoy en día" pero echa en falta algo que no consigue descubrir de que se trata.
"Gu, gu, gu, gu, si, si"
No sabe si está soñando todavía o si realmente le han despertado la risa limpia y inocente de un bebé, y los susurros de Lucas, que intentan entretenerle. Se incorpora poco a poco, despacio para que él no pueda escucharla y no pare lo que está haciendo.
Verle así, con el niño en brazos, le transmite una dulzura infinita. Ese es el Lucas que más le gusta ella, el que no se muestra ante cualquiera. Ese Lucas dulce, cariñoso; ese Lucas que por mucho que crezca jamás dejará de ser un niño.
Lucas sigue jugando con el niño, al que Sara no recuerda haber visto antes. Le acaricia la cara, le apreta con cuidado los mofletes, y le habla al niño en chino. El mismo se ríe ante lo cómico de la situación. A él siempre le gustaron los niños, pero últimamente...
-""Ajo, ajo. Paaaaaaa"
- Lucas, por dios, que el bebé se va a creer que eres el hombre orquesta -dice Sara mientras se levanta del todo y se acerca hasta ellos- Por cierto, ¿de quién es? Es precioso. -Ahora es Sara la que le toma en brazos y comienza a jugar con el pequeño. Lucas también lo hace, y entre los dos lo arrinconan y lo colman de achuchones y de abrazos.
- ¿A qué es bonito? Se llama Pedro, y lo acabamos de recoger de un operativo.
- ¿Quéeeeeeeee??- Sara, que al verlo allí, tan solito, tan abandonadito, tan mono... porque, ¿a qué es mono? Perfectamente podría dar el pego y hacerse pasar por hijo mio, ¿Verdad?
- Dime, Lucas, que esto no es lo que parece. Dime que estás bromeando. Dime por favor, que no has sacado a la víctima de un abandono del escenario de la investigación para traernoslo a nuestra casa. Nuestra casa, Lucas. La casa de un inspector y de una subinespectora. Lucas, ¿pero tú eres gilipollas o que? ¿pero tú..........?? -cabreada como está, cada vez sube más la voz, cada vez se altera más y no se da cuenta de que, desde hace tiempo cada vez que eso pasa, habla como Lucas. Se expresa como él, actúa como él. Tanto tiempo juntos les ha convertido, casi casi, en dos personas iguales.
- Anda, Sarita. Que desde que te han subido el cargo estás de un insoportable. No me digas que el niño no es adorable. Luego vamos a los servicios sociales y decimos que nosotros lo encontramos, nosotros nos lo quedamos. Mirale, si es una preciosidad Sara. Imaginatelo correteando por esta casa, jugándo con él en nuestra cama, haciéndole cosquillas. Podríamos llevarlo al parque, y los domingos al campo, toda la familia, como cuando tú eras pequeña. Mariano podría contarle cuentos, y tus padres, ¿no serían tus padres más felices que nadie? Sara, este niño.... este niño tiene que ser nuestro.
Sara imagina. Sueña. De pronto se ve a ella misma con el bebé en brazos y sabe que si, que lo quiere. Que quiere una casa con niños correteando, viendo a Lucas intentando cojerles para llevarles a la bañera. Quiere cunas, quiere biberones, y quiere domingos de paella y campo. Quiere una familia. No quiere pasarse toda la semana en comisaría para volver a casa y estar tan cansada como para ni poder estar un rato con Lucas sin dormirse. Sara sueña, y siempre lo ha hecho con una familia, su familia y la de Lucas.
- Vale, Lucas, está bien. Si tú quieres lo tendremos. Tendremos todo eso. Niños, muchos niños
- ¿Cómo que si yo quiero? ¿Y tú?
- Yo lo deseo más que a nada en el mundo Lucas. Un pequeño policía correteando por la casa, con su pistola y con su estrella de sheriff. Lo quiero Lucas, lo quiero. Y lo quiero ya.
- ¿Ya?- Bueno... tendremos que esperar un poco. Este niño lo tenemos que devolver a sus padres -dice acariciandolo de nuevo con mucha ternura- y luego tú y yo nos pondremos a tener los nuestros propios.
- No sabes lo feliz que me haces, cariño. No sabía como pedirtelo. No sabía si tú ibas a querer....
- ¿Qué dices? No me digas que esto....
- Claro, joder. Te crees que soy un deprabado??? Que quiero tener niños, pero coño, que no soy Mariano. Nunca se me ocurriría llevarmelo. Es el hijo de la nueva vecina, me lo ha dejado un momento mientras ella habla con tu padre y Mariano.
- Lucas eres........Se enfadaría con él si no fuera porque no quiere estropear este momento. Lucas acaba de decirle que quiere tener hijos. Con ella!!!!!
Por fin va a tener lo que le falta, por fin su vida será perfecta del todo.
6 comentarios:
simplemente perfecto. gracia spor hacernos soñar clara
¡Qué bonito y qué tierno!
Gracias guapa.
Bueno, como el comentario que dejé antes al parecer se ha borrado,aprovecho para felicitaros por las 40000 visitas, este mediodia no me he dado cuenta
Felicidades Princesas!
Cri_s
gracias chicas, de verdad nenas..... la proxima ves antes de tocar el blog, cortarme las manos por fa.....
jajajajajaja
Besos mis niñas.
me gustó....espero que sigas escribiendo...felicidades
Que bonito, que ganitas de que Sara de una vez por todas cambie su actitud y no sea tan fría con nuestro Lucas. Joder despues de seis meses es para que se le hubiera pasado el cabreo no?
Ah!!!!! y por lo menos esta semanita le podía haber agradecido que por enesima vez le Lucas le salvase su precioso culo no?
ELSARA
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