Se despierta confuso, como en una nube. Su olor esta en todas partes. Parece que ella todavía estuviera allí ocupándolo todo, presente en cada rincón de esa habitación de hotel y eso, sin darse cuenta, le hace sonreír.
Se queda quieto en la cama, cubierto con las mismas sábanas que ayer tocaron su piel, y mirando al techo recuerda todo lo que vivió con ella anoche. Nunca pensó poder disfrutar tanto, y nunca, jamás, hubiera imaginado ser capaz de amar tanto a alguien. Supone que nadie le creería capaz de querer así a una mujer, y eso es porque nunca había amado a nadie. Solo a ella.
Anoche besó cada poro de su piel, estuvo pendiente de cada mirada, de cada gesto. Intentó cuidarla como ella se merece. Y solo al ver su cara de relajada satisfacción cuando abandonó su cuerpo, supo que había hecho lo correcto.
Las dudas de ayer se esfumaron cuando ella le abrazó y sonriéndole le dijo que había sido maravilloso, al oído, susurrando, como quien intenta asimilar diciendo en voz alta todo lo que acaba de sentir. Pero hoy ella ya no está a su lado, y las dudas vuelven a ocuparlo todo en su cabeza. Porque sabía que este momento iba a llegar, lo sabía mucho antes de llegar hasta ella y enredarse en su cuerpo. Así como supo, desde la primera vez que ella le miró y el se perdió en el azul de su mirada, que desde ese momento, todo se había complicado, ahora sabía, desde que puso el primer pie en Dublín, que los días junto a ella tenían los días contados.
Y mañana tendrá que irse, separarse de nuevo de ella.
Cada vez le cuesta más decirle adiós, cada vez es más difícil hacerse a la idea de que ella está a miles de kilómetros Ya no le basta con la llamada antes de dormir, ni con la de antes de irse al trabajo, ni con los emails que se mandan, ni los mensajes, ni las cartas que llegan de vez en cuando al buzón. Está loco por ella, enfermo. Y ya no se puede conformar con menos que tenerla en sus brazos.
- Joder, Mariano ¿otra vez tú?
- Lucas, corre, vístete. Esconde a Sara o… yo que sé. Viene Paco para acá, dice que tiene que decirnos algo.
Mariano otra vez en la puerta interrumpiendo a Lucas en el momento más feliz que ha tenido en años, sin contar la noche de ayer y algunas más en las que ella estaba con él.
Gira su cuerpo, todavía anclado en el umbral de la puerta, y mira cada rincón de la habitación buscando algún rastro de que Sara pasó la noche allí. Pero no hay nada. Aparte del olor tan suyo que ha dejado impregnado en todo el cuarto, además de lo vacío que ha dejado todo desde que se fue hace un rato, nada. Nada que Paco pueda encontrar.
- Chicos, nos vamos.
- ¿Cuál es el plan de hoy? –dice Mariano mientras se sienta en la cama de Lucas, al lado de Paco que ya mira desde allí la habitación intentando descubrir que tendrá para que él de pronto, se sienta mal. Quizás sea el miedo de que Lucas no haya pasado la noche solo, quizás todo sea porque anoche se levantó a por agua y sintió cerrarse la puerta de la casa de Sara. Se escondió en un rincón y en silencio, pudo ver como su hija, se colocaba la ropa, se quitaba los tacones, e iba, con una sonrisa de satisfacción dibujada en su cara, a dormir a su cama. Hace un rato le ha preguntado donde estuvo, y ella, le ha asegurado, con su mejor cara de “yo no he sido” que ella ha dormido todo lo que sus ronquidos le han dejado. Sabe que no es cierto, sabe que ella no ha dormido allí. Y al entrar en esta habitación de hotel, y ver a Lucas ausente, pero con una estúpida sonrisa en la cara, empieza a sospechar de nuevo.
- El plan de hoy es vestirnos, desayunar, y salir para el aeropuerto en una hora. Nos han llamado de comisaría, hay un nuevo caso, importante y nos necesitan allí. Don Lorenzo ya ha ido para allá para arreglar los billetes.
- No!!!! –grita Lucas saliendo de su ensoñación.
- ¿Queeeeeeeé? –sus amigos le miran. A ninguno de los dos les sorprende su reacción, quizás porque los dos saben que él quiere aprovechar cada hora en Dublín.
- Lo siento Lucas. Son órdenes de arriba. Y no está el horno para bollos.
Mariano y Paco se marchan de la habitación y Lucas, se desploma en la cama, impotente y lleno de rabia. Había hecho planes, tenía pensada la excusa, e iba a pasarse el día entero con Sara. Y ahora…
1 Mensaje recibido
De: Sara
Me lo ha dicho mi abuelo. Lucas, voy al hotel ahora mismo. Espérame en tu habitación.
Y Lucas espera, hasta que la puerta suena y cree que es ella, pero al otro lado de la puerta solo ve a Paco, obligándole a que salga de la habitación para ir camino del aeropuerto. Al bajar la ve allí, mirándole como solo ella sabe hacerlo, y a él, le invade la pena. Porque no entiende que se haya enamorado por primera vez en su vida y todo tenga que ser difícil. Coño, que parece que todo el mundo se pone de acuerdo para separarles.
En el hall del hotel esperan a que bajen todos. Lucas y Sara se miran, hablándose con los ojos, asegurándole al otro que le va a echar de menos. Y de pronto, un gesto con la cabeza, una sola palabra sin sonido, una invitación. Y los dos lo saben.
- Paco, voy arriba un momento, que me he dejado una cosa.
- Papá voy al baño, ahora vengo.
Un ascensor es testigo de los últimos besos que pueden darse. Se abrazan, se tocan. Parecen querer fundirse con el otro. Creen que podrían hacer allí mismo el amor del deseo que sienten, pero saben que ni es el lugar, ni el momento.
- Sara, volveré pronto. Te lo juro. Antes de que me eches de menos, estaré de nuevo en tu puerta.
- Imposible, no te has ido, y ya te echo en falta.
- Sara, te quiero.
- Y yo también te quiero, te quiero, te quiero, te quiero...
Vuelven a besarse y abrazarse, y al oído se susurran promesas, sentimientos, sueños. Porque los dos sueñan, sueñan con el otro. Sueñan que algún día no les separarán tantos Kilómetros de distancia y podrán verse cada día. Sueñan que no tendrán que esconderse, y que todo el mundo se alegrará de que estén juntos. Pero sobre todo, sueñan que, algún día, dejarán de sentir esa sensación de pérdida, ese ahogo en el pecho, cada vez que están separados.
Vuelven al hall y allí, Sara se despide de su familia, de sus amigos, y del amor de su vida. Solo dos besos en las mejillas no son suficientes, pero sus ojos, siempre ellos, son capaces de decir mucho más.
Ese abrazo, solo un par de segundos, le basta a Lucas para meter dentro del bolsillo de la chaqueta de Sara una pequeña caja, el regalo que deseaba darle hoy de otra forma, después de pasar todo el día juntos, sin darse cuenta de que ella, ha hecho lo mismo y otra caja espera a ser abierta en un bolsillo de su mochila.
6 comentarios:
Qué bonito!!! Está muy bien escrito, y además se respiran mucha sensibilidad y ternura. Yo ya quiero saber que se han regalado el uno al otro, aparte de todo su amor, claro.
Un beso,
adriana
NOOOOO!!! Por que tienen que irse, justo ahora que volvian a estar juntos. Os aseguro que me gusta mas esta historia que la que estamos viendo en television. Chicas cada dia os lo currais mas y es magnifico, ojala se os pudiera dar un premio por lo bien que lo haceis, acabaremos escribiendo un libro con vuestros relatos ya vereis.
Un besazo wapa os quiero muchooooo.
Ponerme al frente de todas las listas de locos que querais (si es que eso existe), pero cada vez estoy más convencida de que deberiamos encadenarnos a las puertas de Globomedio o de Antena 3 o de ambos, hasta que lograsemos convencer a los "peces gordos" de que no existen mejores guionistas que vosotras...
Cri_s, intentando ponerme al dia
En honor a Chiqui que siempre con ese ohhhhhhhhhhhhhhhhhh nos hace partícipe de su entusiasmo os doy un ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh enorme a vosotas porque sinceramente cada vez que os leo se me queda una cara de tonta increible... alelá completamente, entusiasmada por leer el siguiente y siempre agradecida porque sin vosotras los sueños no existirian.
Besos...muchos besooooossssssss corazones !!!
Ayla.
¡Cómo me gusta este viaje a Dublín!
Ahora nos dejas con la curiosidad de saber qué hay en las cajas, y te perdonamos la espera porque es época de exámenes, pero en cuanto pasen, que abran los regalos.
Un beso, guapa.
OHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH ,irremediablemente lo tenia que dejar, que bonitoooooooooo,tengo la piel de gallina de la emocion que me ha dado,es que lo haceis tn real que parece que lo este viendo.Gracias una vez mas.hora volveremos a los emails no? para saber lo que se han regalado y lo que se echan de menos.¿que hara paco ahora?.
Muchos besos princesas y cuando podais nos poneis un pequeño email.
Aylaaaaaaaaa gracias por los ohhhhhhhhhhhhhhhhhh jajajjajaja.
CHIQUI.
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