Cómo duele...

No sabéis como duele ver tan vacío el blog. Los exámenes han dejado su huella, pero también la apatía, la vuestra y la nuestra.
Llevamos días sin actualizar y sin pasarnos por el blog, y hoy, de repente, se me ha ocurrido volver. Y lo veo así, tan solito, tan triste. Con la ilusión con la que un día empezó todo... aún hay ilusión, a veces. Pero cada vez cuesta más mantenerla encendida ¿A vosotras os pasa igual?

Hablando de todo un poco. El otro día estuve hablando con mi novio de la magia. Yo me quejaba de que, con el tiempo, esa magia se va debilitando, va dejando paso a la rutina. Es cierto que también trae cosas preciosas, como la confianza, la complicidad, etc, pero esa chispa del principio, el no saber que pasará, el nudo en el estómago... ¿Sabéis lo que me dijo? Que la magia no existia. Que las series, las novelas, los libros, nos hacen creer a las mujeres que eso existe, que habrá un hombre que siempre estará pendiente de nosotras y nos besará y luego veremos fuegos artíficiales. Él me hablaba de la rutina, del amor tranquilo, pausado. De la ausencia de magia como si fuera algo normal.
Casi le mato chicas ¿por qué si no existe la magia que pintamos nosotras leyendo este blog? ¿por qué nos gustan tanto los relatos? ¿por qué seguimos viendo a Lucas y a Sara como algo maravilloso y especial? Por la magia. Porque creemos que es posible, que algún día puede pasarnos a nosotras. Que algún día encontraremos a alguien que nos haga ver lo maravillosa que es la vida, en una gota de lluvia, en una bola del mundo, o en cualquier otro sitio.
Se lo expliqué, y mi explicación no le valió, siguió sin creer que la magia existe. Pero al rato, cuando me quedé dormida cobijada por sus brazos, y cuando desperté con besos, y con sus ojos clavados en mí, con su sonrisa que en ese momento era solo mía, supe que él también sabía que era la magia. No la llama así, pero la siente. Sé que la siente cuando me llama por teléfono con alguna excusa tonta, cuando aparece por mi casa con un ramo de flores porque me ha salido mal un exámen, cuando me hace cómplice de sus cosas. Cuando imagina el futuro y me ve vieja, con arrugas, insoportable pero a su lado, cuando pasamos horas y horas juntos, sin hacer nada.
Ellos también saben lo que es la magia, aunque les cueste reconocerlo. Porque todos la sentimos cuando está esa persona cerca nuestro. O cuando soñamos que algún día pueda estar. Porque ellos no leen blogs de relatos, ni sueñan con parejas encerradas en una pantalla de televisión, pero desean tanto como nosotras sentirse queridos, añoran como nosotras esos besos cuando nos los tienen, y esperan, como lo hacemos nosotras, que algún día, todo sea especial.

Y mientras la magia siga existiendo, aquí estaremos nosotras con el blog. O al menos, hasta que vosotras decidais seguir acompañandonos.

(Perdón por la cursilada. Pero llega mi aniversario, el quinto!! y eso me hace estar más blandita que normalmente. Que se le va a hacer si soy feliz......)

Por cierto, aunque mis exámenes siguen, han decidido darme un pequeño respiro. Himara, si la compañia de internet quiere, estará prontito de vuelta (qué ganas, cuánto se puede extrañar a alguien que no conoces....) Dentro de nada, volveremos a la carga!!!!