Reinaba un tiempo agradablemente tibio aquel día de principios de primavera del año 1883. Una suave brisa soplaba entre los grandes robles que bordeaban el largo camino al fondo del cual se elevaba
Dentro, Aitor Carrasco se paseaba nervioso, arriba y abajo, por el amplio salón con sus muebles recamados de oro, esperando impaciente la llegada de Sara Miranda. Aitor había acudido movido por un impulso, después de haber adoptado definitivamente una decisión relacionada con ella; pero ahora comenzaba a sentirse nervioso.
“Maldita sea, antes nunca se retrasaba tanto”, se dijo, mientras dejaba de pasearse frente a la ventana que daba a la vasta propiedad de los Miranda. Pero eso era antes de que ella comenzara a usar vestidos muy elegantes y a cuidar especialmente su peinado. Ahora, siempre que él iba a visitarla terminaba esperando media hora o más antes de que Sara apareciese.
Aitor comenzaba a arrepentirse de lo que había decidido decirle y de pronto dos manos suaves le cubrieron los ojos y él sintió en la espalda la presión de los pechos de Sara.
—¿Adivina quién es? –murmuró alegremente la joven al oído de Aitor.
¡Oh, Dios mío, ojala ella no volviese a hacer aquello! Todo eso había estado muy bien cuando ambos eran dos niños que crecían juntos; pero últimamente la proximidad de la joven avivaba locamente los deseos de Aitor.
Se volvió par mirarla y se sintió encantado con su extraña belleza. Sara se había puesto un ajustado vestido de terciopelo azul oscuro, con encaje blanco que adornaba un alto cuello y largas mangas, y los cabellos dorados formaban innumerables trenzas que le rodeaban la cabeza.
—Aitor, me gustaría que no me mirases así. Últimamente lo haces a menudo y me pones nerviosa. Si no supiera a que atenerme, pensaría que tengo la cara sucia –dijo la joven.
—Lo siento, Sarita –balbuceo Aitor—. Pero este ultimo año has cambiado tanto que no puedo evitarlo. Ahora eres tan hermosa...
—Caramba, Aitor, ¿quieres decirme que antes era fea? –bromeo Sara, fingiéndose ofendida.
—Claro que no. Sabes a qué me refiero.
—Muy bien, te perdono – rió la joven, mientras caminaba hacia el diván tapizado con brocado de oro y se sentaba—. Ahora dime por qué has venido tan temprano. No te esperaba hasta la hora del almuerzo y Lola me dijo que se te veía muy nervioso cuando entraste aquí.
Aitor se sentía perplejo y trataba de encontrar las palabras apropiadas, pues no había preparado su discursito. Bien, era mejor que dijese algo antes de que el valor lo abandonase por completo.
—Sarita, no quiero que vayas a Madrid este verano. Tu hermano volverá en un par de meses y me propongo pedir tu mano. Después, cuando estemos casados, si aún desear ir a Madrid te llevaré yo.
Sara lo miró fijamente, sorprendida.
—Aitor, das por sentadas muchas cosas –dijo con aspereza, pero se serenó cuando vio la expresión dolorida en el rostro juvenil del muchacho. Después de todo, ella siempre había sabido que llegaría este momento—. Lamento haberte hablado así. Comprendo que nuestras familias siempre creyeron que éramos una pareja perfecta y que quizás un día nos casaríamos; pero ahora no. Tu tienes sólo dieciocho años y yo diecisiete. Somos demasiado jóvenes para casarnos. Sabes que siempre viví aislada en esta casa. Me encanta mi hogar, pero deseo conocer otras personas y saborear los atractivos de Madrid. ¿Me comprendes?
Hizo una pausa, porque no deseaba ofenderlo.
—Te quiero Aitor, pero no como tú deseas. Siempre fuiste mi mejor amigo y te quiero del mismo modo que a mi hermano.
Él la había escuchado pacientemente, pues conocía el carácter voluntarioso de la joven; pero sus últimas palabras lo lastimaron profundamente.
—Maldición, Sarita. No quiero ser tu hermano. Te amo. Te deseo como un hombre desea a una mujer.—Se aproximó a ella y, tomándola de las manos se le acercó—. Te deseo más de lo que jamás he deseado a nadie. No pienso mas que en abrazarte y hacerte el amor. Se ha convertido en una obsesión.
—Aitor, estas diciendo tonterías. ¡No quiero oír nada más!
Sara se apartó bruscamente del joven y un momento después Lola, la anciana niñera de la joven, entró en la habitación con el servicio del té. No se habló más del tema.
Saborearon un agradable almuerzo después de dar un largo paseo para aliviar la tensión. Después que Sara recobró su actitud normal y despreocupada, Aitor tuvo el buen tino de no mencionar nuevamente sus sentimientos.
Mas aquella misma noche, mientras Aitor estaba acostado en su cama y pensaba en Sara y en la tarde que habían pasado juntos, sintió una terrible aprensión. De pronto tuvo la certeza de que si Sara viajaba a Madrid aquel verano, tal como había planeado, ese episodio cambiaría su vida entera y echaría a perder la del propio Aitor. Pero nada podía hacer para detenerla.
*A peticion de Blue, a la que Lucas del Diablo no la entusiasma demasiado, os presentamos una nueva historia de amor, pasion, intrigas, que estoy segura os entusiasmara como a nosotras.... esperamos vuestros comentarios, ok?
9 comentarios:
Que a mi no me guste el Diablo, no quiere decir que tengas por obligación que poner éste, aunque te doy las gracias porque este ya me ha enganchado.
Pobre Aitor, con lo doloroso que tiene que ser eso jajajaja.
Un besote.
Blue.
En lo que a mí respecta, si hay pasión.... y es entre Lucas y Sara... puedes poner lo que tú quieras.... jajajaja.
Gracias.
María A.
(también me acuerdo de Dublín... sin presionar ¿eh? jajaja).
Pasión de primera calidad !!! jajajajaj y la parte que le toca a Aitor de desamor jajajjaaj que sufraaaaaaaa!!! la niña de 17 años tiene que estar predestinada para otro hombre jjajjajaaj puede ser Lucas? Ummmmmmmmm seguro que sí jajjajjaajj
Ya puesta al día, preparada para lo que continúes Himara jajajajj
Un achuchón.
Ayla.
a mi me gusta mucho mas que lucas del diablo...
ojala que pronto aparezca lucas y se enamore de sara
ya me enganche, me encanta himara segui asi que esta historia si que mola jajaja
pues no se a mi esta historia me gusta, quizas un poco mas que la otra, pero me gustaria saber q pasa con lucas del diablo...tu decides himara, al fin y al cabo la q escribes eres tu...
bss
Pues a mí este sí que me ha gustado. Pero vamos que el otro no tenía mala pinta, al fin y al cabo acababa de comenzar y te había dado tiempo de desarrollar mucho los personajes. Perdona, pero cuando me lanzo ya no hay manera de pararme.
Pues a mi si que me gustaba la otra historia , . Esta tambien , bueno es que a mi me gustas por regla general toda la literatura romantica pero como eres tú la que escribe , ... y si pusieras las dos , bueno si no es mucho trabajo para tí. Gracias por este blog .
elisabet
me gusta la idea de elisabet, himara si no es mucho trabajo para ti claro podias escribir las dos, es qe la otra a mi ya me habia enganchado y la nueva pues tiene muy buena pinta, por eso te lo digo. gracias por el blog y por tu esfuerzo.
bss
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