21 agosto 2011

Lo que es de ley; Lluvia....

Cuando llegan ya Lola los esta esperando. La cara le cambia cuando tan solo ve aparecer a su marido y a Mariano. Se enfada con Paco por entender mal su recado, quería verlos a ellos si, pero también a Sara y a Lucas, a Kike, a Curtís, a Rita y a Povedilla, a Aitor y a Mónica, a Silvia, a Gonzalo. Y tras sentarse ellos en la barra y Lola servirles una tapa de callos con chorizo se lo recrimina.

Lo: Yo no se Francisco que parte no entendiste -susurrando- si es que no da pa mas Lola, no da mas….

Pa: Pero cariño….

Lo: tráete a todos Paco… te lo dije o no te lo dije….

Pa: Que si, pero….

Lo: que pero… que pero….

Ma: Lola que…

Lo: que no Mariano… que mi marido me oye hablar como quien oye llover… así. -intenta reflejar en su voz el sonido de la lluvia- shshshshshshshshshshsshshshshshshs…

Pa: que no Lola, leches!!…-un poco avergonzado, en realidad creyó que todos eran ellos cuatro- que también han venio Lucas y la niña…

Lo: Si… -mira paquito no me estés tocando las narices- y donde están… por que yo no los veo…. Invisibles?... -pone los brazos en jarras- Ahora son invisibles?

Ma: Lola es que Sarita ha subido a cambiarse, que todavía llevaba el uniforme del colé… y Lucas… pues también a subió a cambiarse…. Que como esta tonto… ha pisado una mierda de perro ahí, al bajarse del coche, se le ha pringao to el zapato, to el bajo del pantalón… -se tapa la nariz- y no sabes la peste que daba…. La gente Lola, que es muy incívica y cochina…. Muy cochina…..

Pa: Pero que bajan en seguida y ya nos cuentas lo que sea… -le palmea el culo- vale mi amor!!!!

Lo: -se ríe, vuelve a estar feliz, parece una niña con zapatos nuevos- No me cameles Paco, que te conozco…

Le mira el culo descaradamente mientras sube tras el las escaleras. Lucas lleva la zapatilla en la mano y el brazo estirado lo más que puede. Es un espectáculo verlo así. Con el pie descalzo va caminando de puntillas y con el del zapato camina normalmente. Se queda rezagada un par de escalones, con tremendo tufo cualquiera se acerca más. Además a esta distancia el paisaje es… prometedor.

Camina delante de ella, y solo faltan un par de escalones, cuando de pronto da un respingo que lo hace perder el equilibrio y casi caer al suelo. Se para en mitad de la escalera y la mira incrédulo mientras ella, con todo su descaro, se ríe de el. La niña, ni corta ni perezosa, le ha metido mano. Pero no le ha cogido o palmeado el trasero, No!!!!. Le ha sobado, literalmente, el paquete. Por detrás, le ha metido la mano entre las piernas y se lo ha sobado por unos segundos e incluso se lo ha apretado por encima del vaquero al tenerlo a mano.

Lu: Coño… -tambaleándose- Sara!!!!

Sa: lo siento, no he podido evitarlo…. Jajajajaja

Lu: Ah no????? -se acerca a ella sin soltar el zapato- pues no lo evites…

Sa: ahhhhhh…. -se lo señala- no te me acerques con eso…..

Lu: Con esto???-hace ademán de arrimárselo- por que?????

Sa: Lucas no seas guarro…. Mira que pisar una mierda…. En que pensabas?????

Lu: En que tú subías a cambiarte y yo… tenía que subir contigo….

Sa: La pisaste adrede? -arruga la nariz- Que asco!!!!!

Lu: no te parece romántico? -Pone carita de pena- a mi me ha parecido un bonito gesto…..

Sa: que coño gesto…. Eso es una cochinada…. -pero Sara, reconócelo, es una bonita cochinada- Además apestas…-ya el ha abierto la puerta y ella sigue de largo- me cambio y te toco….

Lu: me tocas???? -tu me puedes tocar lo que quieras- Que me tocas????

Sa: A la puerta, te toco a la puerta… listillo….

Riendo cierra la puerta, con mucho cuidado y cojeando, llega hasta la cocina y mete la zapatilla en una bolsa de plástico y el calcetín y el pantalón, que se quita ahí mismo, en otra. Con repugnancia se lleva la mano a la nariz y se huele los dedos, “aggghhhhh, que asco”, de veras había sido una locura pisarla, aunque en el momento no se dio cuenta de ello. Tan solo pensó en poder pasar un rato a solas con Sara y cuando ella anuncio que iba cambiarse de ropa, a el, que iba ya casi entrando a los Cachis, no se le ocurrió otra cosa. Total para nada, en el bar los están esperando Lola, Paco y Mariano y según termine de ducharse el y de cambiarse Sara, deben bajar.

Se mete en la ducha y abre el agua a presión. Ahora que ha soltado el zapato parece que tiene el olor impregnado en la nariz. Deja que corra el agua durante varios minutos mientras se enjabona, poniendo especial atención a la mano y al pie “apestosos” . Por momentos se ríe, solo, a carcajada limpia. Hace tanto tiempo que no es así de feliz, que complacido, deja que la felicidad y la ilusión colmen por completo su alma y su cuerpo.

Absorto mientras el agua recorre su piel, deja que su mente viaje hasta la noche anterior y reviva nuevamente el placer de haberla tenido entre sus brazos, cuando Sara, en cuestión de minutos, vuelve a sorprenderlo. No la ha oído entrar al piso, ni siquiera al baño, pero ahí esta completamente desnuda, pidiéndole permiso para meterse en la bañera, con el. “ He pensado que tu sacrificio… no podía quedarse sin recompensa” le susurra contra su pecho. “te he echado de menos” susurra el antes de lanzarse ávido a por su boca. El agua sigue abierta y las gotas corren libremente por sus cuerpos. Sus manos aprietan sus nalgas mientras que con los dientes mordisquea suavemente los pezones rígidos, a causa del brusco cambio de temperatura, que se le muestran tentadores, apetitosos, tal como el fruto prohibido. La excitación es plena, Lucas deja que las manos de ella paseen libremente por su cuerpo, arañando sutilmente su espalda o agarrando bruscamente su cabeza para guiarlo en la exploración de la boca d el por su propio cuerpo. El lleva el ritmo del juego y tiene completamente controlada la situación hasta que ella, sin querer contenerse más, se centra con sus labios, en su erecto objeto de deseo y lo lleva a cruzar vertiginosamente el límite entre la cordura y la locura.

Es tanta la pasión que, en esa bañera, no hay cabida para el romanticismo y cuando ya no pueden mas, la eleva apoyándola en la pared y entra plenamente en ella, llegando juntos al clímax a los pocos minutos, aturdidos ante la brutal reacción de sus propios cuerpos.

Terminan de ducharse entre besos y caricias. Lucas le lava el pelo en silencio, como tantas veces hizo cuando vivían juntos. La siente gemir mientras el le masajea rítmicamente el cuero cabelludo con sus dedos y sonríe deslumbrado. Esta escena lo hace recordar el anuncio ese del champú donde la muchacha gime extasiada. De verdad es tan sensual oírla tan entregada mientras la enjabona que asombrado mientras le aclara el cabello, dejando caer el agua sensualmente por su espalda, con agua caliente, se da cuenta de que con sus gemidos y ronroneos lo ha puesto a tono y la desea locamente otra vez. Apenas han transcurrido unos minutos y el lo único que ambiciona es que el tiempo se detenga para volver a hacerle el amor. Para volver a fundirse en su cuerpo como un preso anhelante de libertad, de la única libertad que le procuran sus brazos, sus labios, su aroma, o en definitiva… su esencia.

Aun poseído por un deseo febril, pues parece que su cuerpo quiere cobrarse sus dos años de forzoso celibato con la única mujer a que ama hasta la locura, se siente avergonzado. Se sacude el agua de su pelo y presuroso sale de la bañera, por nada quiere que Sara crea que esta mas salido que la esquina de una mesa, que diría Mariano. Por ello al secarse le da la espalda, aunque tarde. Ya ella se ha percatado de su excitación. Como no notarlo si esta desnudo ante ella y su “ardor” es más que evidente. Y el ver su virilidad, y el sentirse deseada también hace mella en ella, que despacio sale tras el y aun con el agua deslizándose por su cuerpo, comienza muy lentamente, mientras pasea eróticamente sus uñas por sus brazos, a darle pequeños besos y lametones, a la vez que susurra su nombre contra su espalda, que permanece rígida a causa del autocontrol, que sin mucho resultado, el intenta poner en practica.

Ambos arden de deseo, el mismo fuego corre por sus venas. No puede, ni tampoco quiere resistirse a sus caricias y sin embargo permanece impávido gozando del avance de su boca sobre su piel. Sus labios van dejando regueros de fuego allá por donde pasan descubriéndole una indescriptible sensación de placer. Lentamente se da la vuelta y la mira a los ojos antes de asaltar posesivamente su boca, mientras la guía despacio hacia su habitación,

Sin dejar de besarla, la sienta en la cama mientras sus manos la acarician ansiosas, abriéndole paso a su lengua, la piel de su garganta, de sus hombros, de sus pechos y de su terso ombligo antes de arrodillarse cual prisionero, a tomar del cáliz de su cuerpo el néctar mas preciado para cualquier hombre enamorado.
En el momento del clímax se siente transportada al cielo bajo sus expertas caricias pero aun así no se siente del todo saciada. Ansia delirantemente sentirlo dentro de ella y con ese pretexto se hace dueña de la situación. Tras acostarlo de espalda, es ella la que lo lleva a la cima del placer, susurrándole en todo momento cuanto lo ama, sin pudor, sin vergüenza, besándolo y tomándolo sin medida y cuando ya por fin llegan juntos al orgasmo, se ha unido a el sin pretenderlo, solo se oye de sus bocas dos palabras susurradas sin cesar, te amo, te amo, te amo, te amo...

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