El día en comisaría había sido especialmente difícil. Tenían que vigilar al sospechoso de chantajear a personas de buena posición y al poner en marcha el operativo, este había conseguido huir dejando tras de sí un coche destrozado que pertenecía a su última victima. La bronca de D. Lorenzo fue especialmente dura ya que una de las victimas era un amigo, íntimo suyo, desde la infancia. Por eso permanecieron más tiempo del habitual en el despacho del comisario y cuando salieron estaban más cabreados y desanimados que de costumbre. "Solo había sido un mal día, la próxima vez tendremos más suerte" pensaban los tres aun sabiendo que habían muy pocas probabilidades de que eso pasase.
Se dirigieron en silencio y cabizbajos a los Cachis, animándose unos a otros sin muchas ganas, dispuestos a intentar olvidar que aquel día se habían levantado de la cama.
En la barra Lola estaba atendiendo a los clientes del bar, la saludaron y se sentaron en la mesa que estaba más cercana a la puerta, por donde ella, quisiera o no, tenía que pasar para poder salir a la calle.
P- Sarita cariño, nos traes unas cervecitas.
S- Papa, es que ya me iba.
P- Venga, antes de irte. Es solo un momento nada más
Sarita puso de mala gana las tres cervezas y se las acercó a la mesa sin disimular su malestar. Pondría las cervezas rápido y se iría, no pensaba entretenerse ni de coña. Había intentado escabullirse para no tener que ver aquella tarde a su padre porque sabía que la haría las preguntas, que el consideraba pertinentes, antes de dejarla salir. Sabia que la interrogaría, que querría saber con quien iba, a donde, a que hora y porqué. Y ella no estaba dispuesta a que su padre le controlara la vida.
S- Aquí están -pone la bandeja en la mesa de malas maneras- adiós
M- Hola Sara, que ya no dices nunca hola. Con lo risueña que eras antes, cuando eras pequeña, que siempre me saludabas cuando llegaba y me dabas un beso
L- Casi como ahora, que tienes suerte si te mira a la cara y no te escupe!!!!
S- Es que para ver lo que hay que ver mejor mirar para otro lado y ahorrarte la saliva Lucas … Hola Mariano -le sonríe dejando patente que le sonríe solo a el.
P- Venga, venga, no empecéis vosotros dos, siempre discutiendo coño… no os cansais?
L- Paco es que tu hija es insoportable. A ver si se le pasa ya la edad del pavo y comienza a ser persona. -habla de ella como si no estuviese delante y Sara se mosquea- Estos adolescentes... -dice riéndose.
S- ¿Adolescente? Adolescente serás tú idiota. Que yo acabo de cumplir 17 años imbecil. No te soporto. No me extraña que mi tía te dejara, no creo que haya mujer en el mundo capaz de aguantarte.
L- Si quieres te hago una lista con todas las que estarían dispuestas
P- Lucas!!!!
S- Ya veo Lucas, las mujeres te duran un millón de años cada una verdad -dijo irónica. Odiaba al que un día había sido su tío. Reconocía que era guapo, pero era tan insoportable... No entendía como podía tener a todas las mujeres detrás de él, ella no estaría jamás con un nombre que se pareciera lo más mínimo a él. Ni loca.
P- Ya empiezan estos dos, todo el día igual. Dejarlo ya leches. Sara, ¿dónde te vas ahora? Y así vestida? -el comentario de Paco le hizo fijarse en la ropa de la niña, la camisa amarilla era demasiado estrecha y la falda blanca demasiado corta….
S- Al parque papa. A jugar con los columpios y en el tobogán… mira, -le muestra su pequeño bolso- aquí llevo el cubito y la pala para hacer un castillo en la arena.
M- Muy bien Sarita, así me gusta. Un ocio sano como diría mi madre
L- Sí Mariano, así no notara la diferencia de edad la niña
P- Sara, que soy tu padre y tengo derecho a saber a donde vas. Todavía eres menor y tengo que saberlo
S- Voy a dar una vuelta con un amigo. Se llama Fernando, tiene 19 años, estudia, sus padres son abogados, calza un 43 y tiene carnet de conducir. Ah! no se te olvide apuntar en su ficha que es inteligente, cosa que no se puede decir de todo el mundo -dijo mirando a Lucas para que éste supiera que se refería a él.
L- Muy inteligente no será cuando quiere pasar su tiempo contigo. No te jode!!!!
S- Te aseguro que más que las mononeuronales siliconadas esas con las que tú sales
L- Dime de que presumes…
P- Lucas... -si no corta la conversación, van a terminar como siempre, dedicándose uno a otro pullas y más pullas hasta cansarse ellos y los demás que los escuchan- vuelve pronto Sara, que mañana tienes colegio y luego no hay quien te levante.
S- No me levanto porque no tengo ganas de ver a cierto personaje gorroneando en nuestra cocina.
P- Pues Lucas hoy cena en casa también. Así que no llegues tarde a la cena, no seas maleducada.
M- A mí no me invitas Paco, no me invitas. Claro, siempre a Lucas, y que pasa que yo no como ¿No como nunca? Además, te recuerdo que Lucas y yo vivimos juntos y si él cena con vosotros yo me quedo solo ¿eso queréis, que me quede solo?
S- Bueno yo me voy, que con tanto rollo llego tarde a mi cita.
Los tres miraron como se iba. Lucas pensaba que probablemente era la mujer más guapa que había visto nunca, con los ojos y el pelo más bonitos. Pero era insoportable. De pequeña había sido un ángel pero de un tiempo a esta parte siempre le hablaba mal, se metía con él, lo sacaba de quicio, lo despreciaba. En realidad no recordaba desde cuando pasaba esto, hacia mucho tiempo ya, pero Lucas se había dado cuenta que la niña solo era así con él. Quizás le habría hecho algo sin darse cuenta, pero, ¿el qué? Le daba igual, le importaba un puto comino ella y su carácter. A esa niña no había quien la soportara. Porque era la hija de Paco, su mejor amigo, que si no, no la querría ver ni en pintura.
P- Esta niña está cambiando. Antes no era así. Lleva un mes viniendo a la hora que quiere, saliendo vete a saber con quien. Ya no sé que hacer con ella. Menos mal que al menos, el carácter, no se le ha agriado demasiado.
L- ¿Qué no se le ha agriado Paco? Tu hija ahora es más parecida a la niña del exorcista que a la niña del mago de OZ... ahora es... como una barbie, pero con mala leche!!
P- Eso es contigo, que yo no sé que le habrás hecho ¿Y ese tal Fernando quién será? Otro descerebrao como todos sus amigos. Sarita necesita salir con otro tipo de chicos, más responsables, más adultos.
M- Paco y si le buscamos un novio. Podríamos intentarlo, alguno que encontremos por ahí, no?
L- Si Mariano, en la caja de los cereales vienen muchos ¿Dónde encontramos a un chico de su edad nosotros? Además, por que íbamos a hacer eso? Que se las entienda ella solita!!!!!! Conmigo no conteis!!
M- Lucas, que tampoco hace falta que sea de su edad...
P- Claro, claro. Que si lo que queremos es encarrilar a la niña lo mejor será que sea alguien más mayor
L- Ahora queréis liar a la niña con un abuelito para que la llamen la viuda negra… no te jode con los celestinos estos de pacotilla!!!!! A ver que os habrá hecho el pobre hombre pa quererlo pa la niña.
P- Lucas....
L- ¿Qué?
P- Lucas....
L- ¿Coño, que pasa Paco?
P- Tú
L- ¿Yo qué?
P- Que tú eres ideal para ella. Mayor, pero no demasiado. No eres demasiado responsable, pero lo serás algo más que los niñatos esos con los que sale ahora. Y así me aseguro que la van a cuidar. Ya está. Vas a ser tú.
L- Pero que coño...
M- Que sí Lucas, tío, que sí. Que es perfecto.
L- ¿Perfecto para quién? Estáis locos? Que yo a la niña no la aguanto Paco, no te ofendas pero es que no la soporto. No puedo. No me da la gana. Además, ¿por qué yo? ¿Por qué no Mariano? Paco si siempre le encargamos todo a Mariano.
P- Para esto Mariano no nos vale
M- ¿Y eso por qué Paco? Que no crees que la niña se pueda enamorar de mí, ¿no? Ale, como Mariano está gordo no puede gustar a una chica.
L- Mariano, coño siempre igual... Que no Paco, que ni de coña. En mi puta vida me iba yo ni hasta la esquina de esta calle con tu niña. En la puta vida!
Lo vieron tan alterado y decidido a negarse que Paco y Mariano cambiaron de tema para que a Lucas se le pasase el cabreo y se le deshinchara la vena. Lucas pensó que a Paco la idea se le había quitado de la cabeza. Era totalmente ridícula, absurda, inadmisible. Pero este estaba decidido a juntar a su mejor amigo y a su hija costase lo que costase, y además… tenía un plan.
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