30 octubre 2011

Doble Mascara, 11º

Sigue dándole vueltas a la cabeza mientras los minutos pasan lentamente, uno tras otro y tras otro más. Espera impaciente, mientras camina por el despacho en círculos, a que Lucas vuelva para decirle que ya puede salir, marcharse, sin que Gonzalo la vea, pero hace ya más de quince minutos que fue y este no regresa. Sin saber muy bien como, deja de caminar y acerca hasta la silla donde se deja caer enfadada. Le hierve la sangre de rabia y de celos, seria posible que se hubiese olvidado que ella seguía en su despacho. Mira su reloj nuevamente, los minutos siguen pasando y Lucas no aparece, Su cabreo se acrecienta por momentos y sin pensárselo abre el primer cajón de la mesa y se pone a curiosear su contenido. Esta tan concentrada curioseando que de un cajón pasa al siguiente. No hay nada interesante, salvo dossier y archivos que obviamente no le producen ningún interés, pero al abrir al tercer cajón, siente como su corazón, por un breve espacio de tiempo, se le para en el pecho. Para su infortunio se ve a si misma mirándose sonriente desde una foto de su boda. Confundida coge la foto en sus manos y la mira aturdida. Por que guarda Lucas la foto de su boda. Por que si según el había sido un error, una gilipoyes.


Movida por un hilo invisible, cual marioneta, pasea sus dedos lenta y dulcemente por la imagen de Lucas, contemplándolo extasiada, habían sido tan felices esos días, se habían querido tanto. Inconcientemente abraza la foto contra su pecho mientras una lágrima furtiva resbala por su mejilla, y los recuerdos de su boda se le presentan nítidos ante sus ojos cerrados.


“Bajaron al ayuntamiento caminando pues apenas eran unas cuantas calles las que había de distancia. Primero habían salido Ramona con dos de sus hijas y yernos acompañando a Lucas junto a algunas vecinas que también lo conocían desde niños. Recuerda que intento asomarse por encima de los hombros de Guillermo y de Luís, el que iba ser su padrino para intentar ver a Lucas porque las ansias la estaban devorando, pero estos no se lo permitieron y cómo eran muchos más altos que ella, tampoco le costó ningún esfuerzo. Al llegar al ayuntamiento ya hacia más de veinte minutos que Lucas la esperaba en la sala donde iba a tener lugar el enlace. Apenas se percato de su traje oscuro, ni de su camisa verde agua, porque al instante sus ojos quedaron atrapados en su mirada. Al que iba a convertirse en su marido los ojos le brillaban embriagados de felicidad y la sonrisa de su rostro era plena cuando Luís la dejo en sus brazos. El padrino, cómo supieron más tarde, dudo un momento en decirle a Lucas que la cuidara y la amara pero al ver la forma en que ambos se miraban entendió que no hacia falta, Era obvio que ella, Sara, no podía estar en mejores manos, pues Lucas, de ahora en adelante, viviría por y para su niña, cómo él la llamaba.

Todos se sentaron y la ceremonia dio comienzo. El hecho de que el alcalde fuese primo de la madrina, permitió que pudiesen decir los votos que normalmente en las bodas civiles no se decían. Las manos les temblaban a ambos por igual y en el momento de ponerse los anillos, proclamar su amor y sus promesas de futuro, también a ambos se les quebró la voz por igual…”

Jamás aunque viviese mil años podría olvidar lo que sintió al oír a Lucas declararle su amor….

“Yo Lucas, te tomo Sara por esposa, porque te amo y sé que por el resto de mis días voy a seguir amándote, prometo que te cuidare y te protegeré, de todo y de todos los que intenten dañarte durante todos los días de mi vida y guardaré tu mirada llena de ilusiones, clara y placentera, para no olvidar nunca que a partir de hoy tú ya eres mía...”



Luchando contra las lágrimas que pugnan por salir de sus ojos, la puerta se abre de pronto, sobresaltándola, y Lucas entra nuevamente en el despacho. Trae cara de pocos amigos…aunque lo disimule bien ante ella, o eso intente hacer con todas sus fuerzas, la idea de que Aitor le pida que se convierta en su esposa, le revuelve las entrañas.


Lu: Tienes que irte… He dejado a Gonzalo con Cocó en el bar de enfrente… pero en cualquier momento vuelven…. te acompañare al parking… vamos!
Sa: -El simple hecho de oírlo nombrar a Cocó la enfurece y la saca del trance de nostalgia que hasta ese instante la embargaba- Y esas prisas? No te preocupes.… Gonzalo quiere demasiado a mi tía… nunca le seria infiel… ni siquiera con esa…
Lu: Con lo de esa te refieres a Cocó? –una sonrisa burlona asoma a su rostro.
Sa: De quien estamos hablando?
Lu: Pues te equivocas… es ella la que nunca se iría con Gonzalo, ni con ningún otro tío. –lo dice seguro de sus palabras, convencido de lo que esta diciendo.
Sa: Qué seguro estás, no? A ver si te vas a llevar una sorpresa… 
Lu: Cómo la que me llevé contigo? No te preocupes… no tengo más hermanos… –le habla muy cerca de su cara aún cuando ella sigue sentada- cuñadita…
Sa: No me llames así!! –Cierra su manos hasta que siente como los dedos se le clavan en las palmas de las manos –No lo hagas!!!!
Lu: Pues deja a Aitor!!!! –cómo si la conversación le aburriese se encoge de hombros indiferente- Mientras sigas con él vas a ser mi cuñadita, te guste o no… te vas o qué?
Sa: Le pediste a Gonzalo que no me hablase de ti?
Lu: No, ¿por qué iba a hacer eso…?
Sa: ¿Cuánto hace que sabe que estás aquí?
Lu: Hace unos dos meses… tuvimos una colaboración con la comisaría de San Antonio, lo llame y le conté todo. 
Sa: ¿Por qué no me lo ha contado? Por que ha actuado igual que mi abuelo?
Lu: Porque ninguno quiere estropearte tu maravillosa relación, con un… espera…. ¿Cómo era? –hace cómo si intentara recordar aunque no le hace falta, lleva esas palabras grabadas a fuego en su mente- Ah si…. Con un chico de tu edad, con un brillante y prometedor futuro que además te adora, al que adoras y con el que vas a casarte
Sa: ¿Qué? –Hace ademán de levantarse pero se sienta inmediatamente- Yo no voy a….
Lu: Pues deberías decírselo a Aitor…. Él se lo contó a Silvia, Silvia a Gonzalo y Gonzalo a mí…. Todo lo demás es cosecha de tu abuelo.
Sa: Dios! –ansiosa se lleva las manos a la cabeza- Lucas que vamos a hacer con la fiesta? No podemos permit….
Lu: Yo no voy a hacer nada… -le duele verla desesperada pero los celos son mas fuertes que él mismo- ya te lo he dicho Sara, ese no es mi problema.
Sa: Es de los dos!!! ¿Por qué no lo entiendes?????
Lu: No…. No yo no tengo ningún problema… no soy yo quien va a cometer un delito Sara…. Porque la bigamia es un delito… lo sabias?
Sa: Pues dame el divorcio de una maldita vez!!!!!
Lu: No… -enfatiza su negativa, negando con la cabeza- en la puta vida!
Sa: Pero por qué no Lucas? –Está al borde de las lagrimas- Tú tienes a Cocó y…
Lu: No es lo mismo.
Sa: No te entiendo!
Lu: ¿Qué no entiendes Sara? 
Sa: No te entiendo a ti… ¿qué diablos quieres de mí? – sin darse cuenta ninguno de los dos la conversación ha ido subiendo de tono y con ella también los ánimos. Sin advertir siquiera lo que hace, Sara se pone de pie y la foto de la boda cae de su regazo.
Lu: ¿Qué haces Sara? –La mira incrédulo sin poder creer que ella se haya atrevido a hurgar en sus cajones- ¿Qué demonios haces con eso?
Sa: Es de nuestra boda…
Lu: Ya lo se…. por si no te has dado cuenta, estaba en MI cajón… en MI escritorio… en MI despacho… en MI comisaría…
Sa: ¿Por qué la guardas Lucas? Deberías odiar ese día…
Lu: Y lo odio Sara…. Odio la hipocresía con la que me prometiste amarme…. Lo recuerdas Sarita…recuerdas lo que me juraste?
Sa: No… no lo recuerdo….. ¿Por qué habría de hacerlo?
Lu: No te creo, sé que lo recuerdas…-habla casi contra su boca pronunciando cada una de las palabras de sus votos matrimoniales- “Yo Sara, te tomo Lucas por esposo, para amarte y acompañarte por que ese ha sido siempre mi destino. Hoy me entrego a ti, sabiendo que la magia de nuestro amor es caminar juntos, en las buenas y en las malas, en la prosperidad y en la adversidad. Yo quiero ser tu compañera y que tú seas mi compañero todos los días de mi vida…. TODOS…LOS… DÍAS… DE… MI… VIDA… SARA… eso dijiste antes de ponerme la alianza en el dedo –cierra los ojos compungido recordando mientras con suavidad, atrapa su mano e involuntariamente se la lleva hasta los labios para besarle la palma de la mano en una caricia sensual- Lucas esta alianza que hoy te entrego, simboliza nuestro Amor y nuestra Unión. Desde Ahora somos uno sólo, porque yo soy tú; porque tú eres yo, y nada ni siquiera la muerte nos podrá…
Sa: Te fuiste Lucas…tú te fuiste!!!!! -le grita, mientras aparta la mano enfadada, sin importarle donde se encuentran ni quien pueda oírles, solo preocupada por el dolor y la rabia que siente.
Lu: Tú me dejaste… volviste a casa de tus papis cómo si ese día no hubiese existido... Desde que las cosas se pusieron feas te piraste… supongo que no te molaba nada ser la mujer de un puto segurata.
Sa: ¿Qué? ¿Qué coño me estas contando Lucas? yo solo quería estar contigo… Me importaba poco a que te dedicases…
Lu: Si claro… por eso pretendes casarte con un futuro abogado…. Porque te importaba poco… no te jode!
Sa: ¿Crees que me fui por que tú ya no eras policía? –perpleja se deja caer en la silla, jamás pensó que Lucas pudiese sacar esa absurda conclusión.
Lu: A las pruebas me remito… desde que volví a la comisaría te echaste otra vez en mis brazos. De un día para otro no te volvió a importar lo que pensaran tus padres. Ni el hacerles daño…
Sa: Eso no es justo –los pensamientos se le agolpan en la cabeza, la incredulidad la supera por momentos- Yo solo quería que volvieses a la comisaría porque es lo que te hacia feliz.
Lu: ¿Entonces lo que no te gustó fue estar casada conmigo Sara? Es eso? ¿Qué querías? Que viviéramos siempre escondidos, que lleváramos nuestro matrimonio en secreto? Que me conformara con unos cuantos besos furtivos? ¿Eso querías?
Sa: No sé que quería, ¿vale? … no lo sé… quería ayudar a mis padres Lucas, que no se separaran, quería que todos fuésemos felices… 
Lu: Todos menos yo… a mi pretendías esconderme cómo a un puto perro al que le das las sobras y mueve la cola agradecido.
Sa: Vete a la mierda Lucas –con paso decidido camina hacia la puerta, tiene que salir de ese despacho y le importa poco si alguien la ve.
Lu: Oye Sara –se detiene con la mano en el picaporte- tú estas segura de querer casarte con mi hermanito… mira que no hay nada más clandestino que un amante y a ti eso de la clandestinidad….
Sa: Aitor no es mi amante…
Lu: No Sarita… ni va a ser tu marido… No te preocupes que de eso me encargo yo.
Sa: No puedes hacerme eso….Tu ya no formas parte de mi vida… estás muerto!
Lu: Creo que me voy a divertir mucho en tu fiesta de compromiso… cuando me decías que era?
Sa: Te odio Lucas… te odio con todo mi alma!
Lu: Sabes que cuñadita…. El sentimiento es mutuo.
Sa: Pues dame el divorcio!!!!
Lu: No Sarita… En la puta vida…. Vas a seguir siendo mi mujer, te guste o no….
Sa: Si, pero también voy a seguir acostándome con Aitor…. Te guste o no!!!!!


Tras mirarlo, desafiante, durante un breve instante, sale por la puerta, cerrándola tras de si, mientras siente como algo se estrella contra esta. Los cristales hechos añicos quedan esparcidos encima de la foto del día más feliz de la vida de ambos a la vez que sus corazones permanecen sumidos en un mar de furia y de despecho mutuo.

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