Se para en seco intentando convencerse de que lo que acaba de oír es solo una alucinación de tantas que lo acosan. Sacude la cabeza intentando alejar esa sensación. Son celos, lo sabe y lo admite. Celos hacia la situación de su hermano. El único de los tres que ha seguido con su vida sin renunciar a nada. El único de los tres que ha vivido en la inopia toda su peripecia con los del programa de protección de testigos y Uriarte.
Ellos estuvieron de acuerdo en no contarle nada; para que iban a hacerlo, si al final no les iba servir de ayuda que el lo supiese. Para el tenían la versión oficial de los hechos, La que rezaba en los informes protegidos. A Aitor Carrasco al terminar el periodo de estudios en el internado, su padre se lo había llevado a Cartagena, en donde residía desde hacia años, para un merecido año sabático y allí, se les había unido su hermano. Un hermano del que nunca tuvo mucha información, al igual que tampoco la tuvo de Tomás Carrasco, su progenitor.
Intenta evitarlo pero le jode haber tenido que renunciar a su vida y a ella, aunque fue su elección, y por eso esta así; eso es lo que le pasa, se dice convencido, cuando una nueva carcajada le llega nítida a sus oídos. Respira hondo. Esta asustado, sobrecogido. Conoce esa risa, podría identificarla entre un millón de ellas. El pulso se le acelera en las muñecas y el corazón se le va salir del pecho. Sus pies de forma autónoma, como si tuviesen vida propia, lo obligan a acercarse a la puerta del jardín que permanece abierta; si bien su cabeza le dice todo lo contrario, que salga corriendo de ahí y huya lo más lejos posible.
Finalmente, como suele pasar, el corazón le gana la batalla a la razón y despacio camina hacia la puerta parándose en seco ante la imagen que se presenta ante sus ojos. Nadie se ha percatado de su presencia y eso le da unos pocos segundos de anonimato. Un tiempo que aunque escaso a el se le antoja eterno. Aitor, su hermano, esta besando a su novia delante de su padre. Y ella no es otra que Sara…. Su Sara.
No sabe que los hace advertir su presencia. Tal vez un suspiro o un gruñido de dolor se escapa de su garganta sin que el lo note. El caso es que los tres miran a la vez hacia donde el, parado, la observa alucinado. Es ella. Esa que lo tortura cada noche. Esa a la que ama con locura a pesar del tiempo transcurrido. Ella… su Diosa. En ese preciso momento ve como la sonrisa de Sara se desvanece de su rostro y el baja la cabeza avergonzado y apenado.
To: Ah hijo… ya estas aquí!!!! –le dice sin percatarse de la mala cara que trae- Mira ella es Sara, tu futura cuñada!!! A que es preciosa?
Lu: Papa… -susurra de forma casi imperceptible mientras se acerca despacio sin mirarla.
To: -se dirige ahora a Sara que lo mira horrorizada- Sara, este es mi hijo mayor. Es policía sabes? Trabaja en la comisaría de Chamartín desde que nos vinimos a España hace dos años… aunque supongo que ya Aitor te habrá contado todo eso.
Sa: -Aitor…? -esta tan confundida que solo logra balbucear- no… el no…. Nunca me dijo… el no…? -lo mira sabiendo que de un momento a otro se va a evaporar ante sus ojos como siempre le pasa y murmura incrédula- Lucas…? -Al oír su nombre de sus labios, se queda parado a medio camino y por fin levanta sus ojos del suelo y la mira, pero se arrepiente al instante de hacerlo. En el momento en que Sara posa sus verdes ojos en los suyos, comprueba con dolor, que ella lo mira sorprendida pero también confundida, avergonzada y aterrorizada. La conoce y lo sabe, sabe que lo teme y aunque no entiende el porque de su angustia, no pude soportar su miedo, no puede- Oh, Dios!!!! -se aferra al borde de la mesa donde esta apoyada y niega impresionada- No… no…!
Ai: Mi amor, que te ocurre…? Sara que…?
Sa: Cariño… -se abraza a su novio como si en ello le fuera la vida, sin poder creer que el destino juegue con ella de una manera tan cruel, se suponía que ya estaba bien, los médicos le habían dado el alta y ahora otra vez…- Lo siento Aitor, lo siento… Abrázame… -se habla a si misma compungida- No es real Sara…. Sabes que no es real!!!!
To: Lucas que esta pasando? -voltea hacia el buscando una respuesta pero no atina mas que a mirarlo asustado- Hijo te encuentras bien?
No, no se encuentra bien, nota como le falta la respiración, como la angustia lo confunde, como todo se vuelve borroso de repente; No puede creerlo, Sara, su Sara lo mira desolada desde el jardín y él siente que se muere. Intenta que la sensación de agobio se le pase estirándose el cuello de la camiseta hacia abajo pero esto no lo ayuda para nada. En sus ojos baila la imagen de Sara siendo besada y abrazada por Aitor, las palabras “Tu futura cuñada” “Mi amor” “No es real Sara, no lo es” se le repiten una vez tras otra en su subconsciente y le duelen, Joder, como le duelen. Intenta tranquilizarse pero solo consigue ponerse más nervioso si eso es posible. El aire no le llega a los pulmones, el sufrimiento no termina y en ese momento, sin darle tiempo a nadie a reaccionar, se desmaya.
Un golpe seco contra el suelo detiene su descenso hacia los infiernos. Felizmente lo que hay bajo sus pies es césped y no duras baldosas. Entonces el daño si podría haber sido muchísimo peor. Entre Aitor y Tomas lo colocan en el suelo, le estiran las piernas y le colocan la cabeza aun sin entender ninguno que acaba de pasar. Sara solo atina a mirar asustada y mas enfadada por momentos, como el que fue el gran amor de su vida acaba de aparecer de la nada para desvanecer frente a sus ojos. Su cabeza trabaja a mil Km. por hora intentando atar cabos aunque le cuesta mucho centrarse. Las palabras de Tomás, al que mira alternándolo con Lucas, asombrada pues todos lo creían muerto, la atormentan sin remedio; ”desde hace dos años” “En Chamartín desde hace dos años”. Ahora todo le cuadra. Entonces no se volvió loca como todos pensaron, como ella mismo dedujo; En realidad lo había visto. Y era cierto, no fruto de su imaginación y de sus ansias de volver a verlo. No habían podido localizar su manera de entrar en el país, a pesar de que su abuelo había indagado todo lo humanamente posible y mas, por que llevaba un nombre falso…. Pero por que no le había comentado nada Aitor? O acaso este tampoco sabia nada ? Lo mira y confirma sus sospechas. Sea lo que fuere, su novio, nombrarlo así delante de Lucas la hace reírse histérica, no esta al tanto del asunto.
Tomás con mucho cuidado le moja la cara y el cuello, con un pañuelo empapado en agua, mientras lo llama insistentemente a la vez que acaricia el cabello de su hijo amorosamente. Y apenas han transcurrido unos minutos cuando Lucas, poco a poco, va recuperando la conciencia.
Todavía con los ojos cerrados siente como el color va volviendo a su rostro y la sensación de ahogo va desapareciendo, pero no así la angustia; la angustia de ver a Sara en brazos de su hermano sigue ahí; su mirada aterrorizada esta fuertemente instalada en su corazón, instalada en su cabeza y no puede decirle a nadie que la presión del trabajo, que le oye comentar a su padre, no tiene nada que ver con lo que acababa de pasarle; no puede decirles que lo que le pasa es que siente como si una mano invisible le estuviese oprimiendo el alma, no puede contarles que desde este momento para el la vida, ya no tiene sentido.
Su respiración se va normalizando y como puede se incorpora y se levanta con la ayuda de su padre. Sara permanece callada con la mirada en ninguna parte, negándose obstinadamente a mirar hacia donde esta Lucas: no se cree con fuerzas de no reclamarle nada en ese preciso momento. Aitor esta sentado al lado de ella y le sostiene la mano mientras la mira confundido y preocupado, sabe que su novia ha estado bajo supervisión médica pero en el año y medio que llevan juntos, nunca la había visto ponerse así. Tomás por su parte, que ya empieza ser conciente de algo, se dedica a ayudar a su hijo mayor a llegar hasta la mesa donde hasta hace un rato iban a cenar, juntos, para celebrar la pedida de mano de Aitor a Sara.
Ai: cariño… -le acaricia la espalda con la mano- te encuentras mejor?
Sa: Si… si… yo… -yo quiero morirme ahora mismo, quiero que la tierra me trague, como es posible que aun sabiendo que lleva dos años en Madrid lo único que desee sea abrazarlo y perderme en su mirada, mira a su novio a los ojos- yo, lo siento!!!
Ai: Cariño no pasa nada, todos podemos indisponernos en algún momento…Y tu Lucas, estas bien ya?
Lu: Si… Si… creo que…si. -se mesa el cabello con las manos para darle mas énfasis a sus palabras- Debo de estar incubando algo!!!
Ai: -mira a su hermano, en realidad si parece enfermo- Vosotros, os conocéis?
Lu: Nosotr...
Sa: No!!!! -lo interrumpe mirándolo, mas enfadada consigo misma que con el, desafiante, no te atrevas Lucas, no te atrevas a confesárselo, es nuestro secreto- Claro que no!!!! …
Ai: Pues lo parecía... -le sostiene la barbilla dulcemente, preocupado todavía- Sara seguro que no...
Sa: Segura mi amor… Creí ver en tu hermano a alguien conocido…. -alguien que murió hace tres años para mí, alguien que me dejo sumida en la más profunda de las agonías- Al ex marido de mi tía… mira que tonta!!!!!!
Ai: De Silvia? Pero, su marido no se llama Gonzalo?
Sa: Si!! Pero yo hablo de su ex marido…
Ai: Y se llamaba Lucas?
Sa: Si… creo que si!!! Olvídalo por favor!
Lu: -mosqueado y dolido por su desprecio- y me parezco mucho a el, o que? -reconócelo Sara, reconoce que me conoces y mucho.
Sa: No!!! Ahora me doy cuenta de que no… además, creo recordar que el no tenia familia… no tenia padres y mucho menos un hermano.
To: Tu tía se llama Silvia, Sara…? -reza para sus adentros, no puede ser que de todas las Saras que debían haber en Madrid su hijo haya tenido que dar con su ahijada- Como es tu apellido que no lo recuerdo?
Sa: Miranda!!! -mira a su futuro suegro a los ojos y le confirma su identidad antes incluso de contestarle- Sara Miranda!!!!!
Ai: Y hace mucho que tu tía se separo?
Sa: Si!! Muchísimo…apenas me acuerdo. Imagínate… yo era una niña!!!! Una niñita estupida que no se daba cuenta de esas cosas, ya sabes… cosas de mayores!!!!
To: -sin poder creerlo todavía- Perdona Sara… y tu padre a que se dedica?
Ai: Es inspector de policía!!!! Dice que le vendrá bien tener a un picapleitos de yerno!!!! -Lucas palidece ante esas palabras, soñó tantas veces con que Paco, su mejor amigo, lo nombrase de esa forma que no puede asimilar la simpleza con que su hermano las relata.
Sa: Si, es inspector en la comisaría de San Antonio. -Tu compañero Tomas Fernández, el que se ocupo del desagradecido de tu hijo cuando te moriste- Quizás su hijo lo conoce!!!
Lu: No!!! -la mira y le suplica con la mirada, No me hagas esto Sara, por favor no me lo hagas, crees que no gritaría a los cuatro vientos ahora mismo que te conozco, que fuiste mía antes que de nadie, que aun sigues siendo mia?- Salvo a la gente de Chamartín no conozco a nadie en Madrid. Lo siento!
Sa: Lo imaginaba… Yo también lo siento! -siento haberte amado y haberme vuelto loca por ti Lucas, lo siento tanto, tanto, tanto.
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